Estimado Director:
En los últimos días, el debate sobre el presupuesto asignado a los programas “PAIG” y “Crece con Orgullo” ha generado una intensa discusión pública. Lamentablemente, el discurso predominante a favor de estos programas se ha fundamentado en argumentos ideológicos, relegando al silencio a quienes defienden la niñez y se preocupan por su bienestar, a pesar de las pruebas y evidencias sobre los daños que estas iniciativas pueden generar.
El mayor respaldo al programa PAIG y las terapias hormonales radica en una postura ideológica que ignora la evidencia documentada en otros países sobre sus posibles consecuencias. Sin embargo, el objetivo principal de cualquier programa de acompañamiento debería ser el cuidado de la salud mental. Esto requiere un enfoque que no se limite a la afirmación inmediata, sino que sea constructivo y permita a cada niño, niña o adolescente enfrentar su situación con objetividad. Solo así se garantizará que las decisiones tomadas en el presente no se conviertan en una carga o consecuencia irreversible en el futuro.
Es fundamental promover una revisión profunda y sin sesgos, de la información y las políticas relacionadas, dejando de lado intereses ideológicos. Si realmente queremos lo mejor para las próximas generaciones, debemos evitar tratarlas como sujetos de experimentación.
Rodrigo Salinas Rojas
Psicólogo