La proyección de McKinsey sobre el impacto de la inteligencia artificial generativa en Chile abre la puerta a un futuro lleno de posibilidades para el país. Se estima que, para 2030, la automatización impulsada por esta tecnología podría transformar hasta 500 mil empleos, generando una gran oportunidad para el crecimiento económico y la creación de nuevas industrias.
A diferencia de las anteriores olas de automatización que impactaron principalmente empleos manuales y repetitivos, la IA generativa ahora tiene el potencial de optimizar tareas más complejas y bien remuneradas, impulsando la productividad nacional en un 2,5% del PIB. Esto puede traducirse en una economía más competitiva y moderna, capaz de sostener un desarrollo sostenido en el tiempo.
La clave de la IA Generativa: capacitarse y adaptarse al futuro
Sin embargo, con esta ola de innovación también llegan desafíos importantes. La automatización transformará el mercado laboral, y aquellos que no se adapten ni adquieran nuevas habilidades, especialmente en inteligencia artificial y tecnología digital, corren el riesgo de quedarse atrás. Por eso, la capacitación y la reconversión laboral se vuelven esenciales.
Para que todos los chilenos se beneficien de esta revolución tecnológica, es crucial que tanto el gobierno como las empresas impulsen programas de formación continua que permitan a los trabajadores mejorar sus competencias. Esta transición no solo ayudará a los empleados actuales, sino que también preparará a las nuevas generaciones para los empleos del futuro, muchos de los cuales aún no existen.
Un futuro próspero, pero con responsabilidad
El avance de la IA generativa es una oportunidad única para reinventar la economía chilena, permitiendo una mayor eficiencia en diversos sectores y mejorando la calidad de vida de las personas. Sin embargo, aprovechar esta oportunidad requiere un enfoque proactivo. Invertir en educación, capacitación y políticas públicas adecuadas garantizará que el progreso tecnológico beneficie a todos y no deje a nadie atrás.
El futuro que se avecina es brillante para quienes estén dispuestos a adaptarse y aprender. La IA generativa puede ser un motor de crecimiento y desarrollo, pero el éxito dependerá de nuestra capacidad como país para prepararnos y aprovechar esta oportunidad al máximo.