Sagradamente, cada mañana veo mi matinal favorito, no depende de un canal sino de todos ellos, pues es un bloque transversal emitido en cadena, suele ser animado por un joven o una joven congresista, aunque también los hay para los más mayores y siempre consiste en los mismos espectáculos y aplausos: anuncios de proyectos de ley ante un escándalo de actualidad y fiscalizaciones sin puerto.

La Honorable Cámara de Diputados y Diputadas, no solo tiene por finalidad la creación de normas legales, sino que también la de fiscalizar los actos de gobierno así como los de otras instituciones públicas. Hasta ahí, bien. Sin embargo, difícilmente se logra tales objetivos si la agenda se encuentra copada por este matinal, que muestra titulares, pero rara vez contenido, donde la forma de lo expuesto es todo y el fondo es abandonado en el cajón de los cachureos ¿En serio? Sí.

La percepción es abrumadora: las comisiones investigadoras de la Cámara de Diputados no tienen conclusiones relevantes o útiles para aclarar los problemas que le dieron origen, siendo realizadas en forma de audiencias donde los egos de los parlamentarios ocupan la mesa y los micrófonos con total desinterés por la resolución de los asuntos que les atañe.

Por otra parte, si nos focalizamos en los proyectos de norma, el resultado no es mejor, pues muchos de ellos tras ser anunciados con algarabía, son olvidados en la irrelevancia, porque conviene más atender el nuevo tema de moda que insistir con el problema cortoplacista cuyo titular de periódico ya es cosa del ayer.

El show también se hace a distancia, transmitiendo por redes sociales y “en terreno” entrevistas y variedades que alejan aún más del trabajo legislativo a quienes fueron electos con una principal función: ser representantes de la voluntad de sus distritos en la creación del derecho aplicable a todo el país.

Bonitos trajes, buenos cortes y peinados, excelente maquillaje e iluminación, sin duda es un matinal con presupuesto y edición, pero como todo show, en algún momento su público encontrará algo mejor y estas estrellas, pasarán al olvido de la irrelevancia política sin ningún honor.

Carlos Muñoz Lecerf
Abogado, contador y docente.

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