La rivalidad entre Estados Unidos y China en el ámbito de la Inteligencia Artificial (IA) ha sido comparada con una nueva "Guerra Fría", una competencia que podría definir el rumbo del mundo en las próximas décadas.

Ambas potencias están invirtiendo recursos significativos en el desarrollo de tecnologías de IA, buscando alcanzar la supremacía en este campo estratégico. Sin embargo, este panorama no solo presenta desafíos, sino también grandes oportunidades para países en desarrollo como Chile, que pueden desempeñar un rol clave en la configuración de este nuevo orden tecnológico.

A pesar de la importancia de la IA en el futuro de la humanidad, su impacto geopolítico no se limitará exclusivamente a las grandes potencias. La verdadera revolución está en cómo la IA puede nivelar el campo de juego, permitiendo a países en vías de desarrollo acelerar su crecimiento y mejorar su competitividad global. Para Chile y otros países de la región, la clave no solo radica en invertir en IA, sino en desarrollar estrategias adaptadas a sus contextos y necesidades específicas.

Estrategias y oportunidades para Chile y países en desarrollo

Foco en la educación y formación de talento: La formación de talento especializado es esencial para aprovechar la IA. Chile puede posicionarse como un hub regional de educación en tecnologías emergentes, fomentando la colaboración entre universidades, empresas y el gobierno para crear programas de formación en IA y robótica que atiendan tanto al mercado local como internacional.

Adopción y adaptación de tecnología: En lugar de competir directamente con potencias como Estados Unidos y China, Chile puede centrarse en la adopción inteligente de tecnologías de IA. Esto implica adaptar soluciones de IA existentes a contextos locales, como la agricultura de precisión, la minería inteligente y la gestión urbana sostenible, áreas donde Chile ya posee ventajas competitivas.

Incentivos a la innovación y emprendimiento: Fomentar un ecosistema robusto de startups en IA y tecnología mediante políticas de incentivos fiscales, fondos de capital de riesgo y programas de aceleración puede posicionar a Chile como un actor relevante en la región. Las alianzas público-privadas son fundamentales para impulsar la innovación local y atraer inversión extranjera.

Desarrollo de marcos regulatorios proactivos: Los países en desarrollo pueden aprovechar la oportunidad de crear marcos regulatorios modernos y flexibles que promuevan la ética en el uso de la IA, protejan la privacidad y alienten la innovación. Chile puede liderar estos esfuerzos en la región, estableciendo estándares que equilibren la protección del ciudadano con el fomento de la competitividad tecnológica.

Colaboración internacional y regional: Para reducir la brecha tecnológica, es esencial que países como Chile fortalezcan la cooperación internacional. La participación en redes de investigación y desarrollo globales, así como la colaboración con otras economías emergentes, puede ofrecer acceso a conocimiento, tecnología y financiamiento.

Aunque la competencia en IA entre Estados Unidos y China puede parecer una lucha de gigantes, los países en desarrollo no están excluidos de esta transformación. Chile tiene la oportunidad de adoptar una estrategia que combine la formación de talento, la adaptación tecnológica y la creación de un entorno regulatorio favorable. De esta manera, podrá no solo beneficiarse de la revolución de la IA, sino también contribuir a un futuro tecnológico más inclusivo y equilibrado a nivel global.

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