Señor Director:
Esta semana, La Reina vivió un violento “turbazo” que afectó a una familia: golpes, robo de especies y un delincuente defecando en la alfombra. Además, la liberación del “Pistolero de La Reina” (por la ausencia de la abogada de la Delegación Presidencial en el alegato) ha generado miedo en la comunidad.
Este personaje, conocido por disparar a las señaléticas de tránsito mientras pasea, se ha convertido en un peligro para todos los vecinos.
El municipio se destaca como el 17° que más aporta solidariamente a sus pares de menores recursos por concepto de impuesto territorial ($18 mil millones, equivalente al 1,5% del Fondo Común Municipal) y, sus contribuciones aumentaron un 50% el último trienio.
Sin embargo, se percibe un displicente abandono desde el Gobierno central. No se trata de exigir prebendas estatales por aportar más o menos, se trata de que las autoridades internalicen que la libertad, la seguridad y la propiedad no son lujos sujetos a un impuesto específico, una condición social o una afinidad ideológica con el Alcalde de turno, son derechos fundamentales deben ser garantizados por el Estado para todos.
En este contexto, la presencia militar en las calles se plantea como una posibilidad en todo el territorio, al igual que otorgar mayores facultades a los equipos de seguridad comunal.
Por Demetrio V. Benito O.
Vecino de La Reina