En mis vacaciones uno de los libros leí fue “Lo que Nunca Cambia en un Mundo Cambiante” de Morgan Housel donde se postula una serie de principios que son inmutables en el tiempo, los que se deben considerar para tomar buenas decisiones. Por ejemplo:
– Que en el 2050 responderemos igual que hoy a las emociones humanas como la codicia, el miedo, el riesgo, la incertidumbre y la presión social.
-Que los grandes logros se nutren de la paciencia y la escasez.
-Que los buenos tiempos y los malos tiempos, no son para siempre, aunque cueste verlo cuando todo el mundo está inmerso en alguno de estos escenarios.
Personalmente, me hizo mucho sentido buscar aquello que no cambia, en particular, para el rubro inmobiliario. Aquí los componentes cíclicos son tremendamente relevantes en el corto plazo, pero en el largo plazo es fundamental aferrarse a cosas simples que no cambian. A continuación, desarrollo 7 principios del mundo inmobiliario que NO cambian.
1. Escasez de Terreno:
La tierra es un recurso finito, no se puede seguir fabricando. A medida que las ciudades crecen y la población aumenta, la demanda de viviendas supera con creces la oferta de terrenos disponibles, en particular en las ubicaciones estratégicas.
2. Ubicación y calidad:
Todos hemos escuchado el término “gringo” de Location-Location-Location. La ubicación sigue siendo el mantra inmobiliario. Una estrategia para aplicarlo es invertir en la peor casa del mejor barrio. Además, la calidad de la propiedad y su potencial de revalorización son factores cruciales para la mantención de la misma en el tiempo.
3. Política y regulaciones:
Las decisiones políticas y las modificaciones en los planes reguladores, pueden alterar el panorama inmobiliario de la noche a la mañana. Mantenerse informado sobre las políticas y regulaciones locales, es esencial para anticipar cambios y encontrar oportunidades.
4. Financiamiento y tasas de interés:
Las tasas de interés y las políticas bancarias influyen directamente en la accesibilidad a la vivienda. Monitorear estas tendencias nos permite tomar decisiones informadas sobre cuándo comprar, vender o refinanciar. Es importante señalar que cuando las condiciones están muy adecuadas para todos los compradores, las oportunidades comienzan a desaparecer. Esto tiene que ver con el siguiente principio.
5. El momento adecuado:
Siguiendo el sabio consejo de Warren Buffett, “compra cuando otros temen y vende cuando otros son codiciosos”. En momentos de menor demanda, los precios pueden ser más atractivos para los compradores, y esto puede recompensarse con buenos rendimientos y oportunidades en el tiempo.
6. Explorar nuevas oportunidades:
A veces, las oportunidades inmobiliarias están escondidas en lugares inesperados. Explorar nichos, como nuevos desarrollos de productos o abrirse a áreas emergentes, puede entregarnos rentabilidades sorprendentes.
7. Diversificación:
No coloques todos tus recursos en una sola propiedad. Diversificar entre diferentes tipos de propiedades (residenciales, comerciales, industriales), ubicaciones y mercados, reduce riesgos y aumenta la estabilidad de tu cartera.
Hace una semana, conversando de estos principios con un amigo, importante actor del rubro inmobiliario de más de 80 años, quiso agregar un punto más:
“Para invertir bien, la clave es Paciencia-Paciencia-Paciencia. Los negocios tienen un ciclo de maduración y hay que ser capaz de tener una mirada de largo plazo, optimista en toda decisión de negocio”. ¡Más sabe el diablo por viejo que por diablo!