Por Renata Saldias
Estudiante, 17 años.

La tecnología ha devorado la infancia…

Tengo 17 años y sí, uso la tecnología. Recuerdo una vez que iba caminando con mi hermana a visitar a mis abuelos, lo que vi esa tarde me sorprendió mucho. Era un día sábado soleado, pasando por una plaza casi no había nadie jugando, lo único que veía eran a niños en sus celulares, lo que me llevó a pensar que la tecnología no solo es un problema para los adolescentes, sino que también para los más pequeños.

Objetos que pueden ser de gran ayuda, como celulares y computadores, son un riesgo para los niños que no saben utilizarlos con restricciones, los niños están perdiendo su infancia y habilidades que se desarrollan desde pequeños por culpa de la tecnología.

Cuando yo tenía 8 años mi mamá me dejaba usar el celular solo una hora al día, si me pasaba unos minutos no tendría permiso para el día siguiente. Sin contar lo que debía hacer durante el día para ganarme ese permiso: tenía que ayudar a limpiar la casa dentro de lo que podía hacer a mis 8 años, tenía que sacarme notas arriba de 6,0 para poder conservar la posibilidad de entretenerme en la tecnología una hora al día. Durante el tiempo libre, tenía que saber ingeniármelas para divertirme: me ponía a jugar con muñecas, hacía tortas de barro, jugaba a la pinta aunque me gustaba más la escondida, ayudaba a mi mamá a cocinar, dábamos un paseo o simplemente me dedicaba a dibujar… Solo me dejaba llevar por mi imaginación, lo que los niños de hoy en día no hacen.

Veo a niños todos los días en el colegio, alumnos de 3ro básico aislados jugando con su celular, niñas de ese mismo curso grabando videos moviendo el trasero para luego subirlos a internet. Son muy pocos los niños que realmente disfrutan su infancia, he visto que cada vez son menos los juguetes o libros que se venden en supermercados o tiendas. Mis primos tienen muchos juguetes, pero no juegan con ninguno de ellos por estar metidos en su celular. Pero existen aplicaciones para que los padres puedan monitorear y restringir la actividad de sus hijos en el celular.

No solo la infancia se pierde con estos aparatos, también la inocencia característica de un niño. Les cuento: Me estaba lavando los dientes en el baño de colegio hace unos días cuando escucho una conversación de niñas que fácilmente tenían unos 6 o 7 años hablando sobre pornografía que habían visto en internet, me pregunto si sus papás sabrán lo que hace su hija en el celular.

Reitero lo de los controles parentales porque puede ser una gran solución al problema. Sin embargo, los padres de los niños podrían dedicarles más tiempo a estar con ellos física y emocionalmente, denles un buen ejemplo de uso del celular, sáquenlos de paseo aunque sea en una plaza cerca de sus casas, lean libros juntos, siéntense a la mesa todos juntos para comer y conversar sobre su día a día, díganles que los ayuden en la casa, ayúdenlos a hacer sus tareas, jueguen con sus hijos, sean presentes y notarán un cambio en sus niños.

Los colegios también podrían ser más estrictos con la restricción sobre el uso del celular en clases, obligando a todos los alumnos a entregar el celular antes de iniciar la clase. Esto ayudaría a que los estudiantes se distraigan menos con notificaciones y la tecnología y se centren más a estudiar y aprender lo que enseña el profesor.

La tecnología nos consume cada vez más y es nuestra responsabilidad detener este fenómeno.

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