Señor Director

He leído la columna del Honorable Senador Gastón Saavedra, titulada “Por qué Chile necesita un Ministerio de Seguridad Pública”, y respetuosamente pienso todo lo contrario. Una vez más nos equivocamos pensando que nuevas estructuras burocráticas solucionan el problema, como si la experiencia de la ANI (Agencia Nacional de Inteligencia) se destacara por su éxito.

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El Senador Saavedra señala que “sólo a través de una acción concertada y eficaz podremos superar la situación actual y garantizar una vida en paz para todos los chilenos”, lo que sin lugar a dudas es correcto en sí mismo, pero es un error pensar que para ello sea necesario contar con un nuevo ministerio que se añada a los ya existentes.

Un nuevo ministerio implica un nuevo ministro, un nuevo subsecretario (o nuevos subsecretarios), con nuevas divisiones, y sus correspondientes jefes de división, incluyendo división jurídica, de administración y finanzas, oficinas de personal, bienestar de funcionarios, adquisiciones, partes, etc.

Me cuesta creer que a través de toda esta nueva estructura administrativa podrá generarse una “acción coordinada y eficaz”, o “una coordinación más eficiente y una respuesta más rápida” frente a las amenazas en materia de seguridad.

La experiencia muestra que sólo lograremos que las órdenes, medidas, o proyectos, pasen a través de más y más oficinas, en documentos que acumulen más y más aprobaciones y controles internos. Algo que ha marcado la discusión sobre el desarrollo económico en los últimos años es la “permisología administrativa” que dificulta gravemente los proyectos de inversión, y ahora tal vez estemos ad portas de la creación de una “permisología” en materia de estrategias de seguridad.

Por último, Chile ya tiene un Ministerio de Seguridad Sública, el Misterio del Interior y Seguridad Pública, el cual según su propia página web participa en el Plan de Acción de la Estrategia Nacional para la Prevención y Combate al Lavado de Activos y al Financiamiento del Terrorismo. El mismo ministerio que ya cuenta con una Subsecretaría de Prevención del Delito.

Mejor que crear nuevos aparatos burocráticos, con sus consecuentes costos de instalación y expectativas frustradas, es mejorar la legislación y procedimientos actuales, tanto para “intercambio de datos entre las fuerzas de Orden y Seguridad, el Ministerio Público y el Poder Judicial”, como para el combate a la inmigración ilegal que notoriamente es uno d ellos principales factores de inseguridad en Chile.

Por lo anterior, Chile NO necesita un Ministerio de Seguridad Pública.

Ángel Jara Tobar
Abogado

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