Este título sugerente, que parece salido de un cliché respecto a optimizar o mejorar la productividad en una empresa o país, no tiene nada que ver con eso. Literalmente se refiere a cómo adelgazar puede generar una mejora en el PIB de un país.
Esto me hace recordar la historia sobre un famoso retail que en los estudios sobre sus productos descubrió una alta correlación entre pañales y cervezas que no estaban en el mismo lugar. Ante la duda de la correlación, los analistas de la empresa profundizaron el estudio y descubrieron en mayor detalle que hombres entre 25 y 35 años compraban en conjunto pañales y cervezas, habitualmente los viernes por la tarde. Con estos datos, el retail tomó la decisión de colocar las cervezas y pañales muy cerca, con resultados extraordinarios, ya que aumentaron entre 10-15% las ventas de ambos productos.
¿Por qué traigo este ejemplo a colación? Específicamente porque algunos estudios sugieren que el uso de Zepbound, Ozempic o Wegovy podría ayudar a mejorar el PIB de un país o incluso a ahorrar gasto de combustible en aerolíneas.
Algunos en el mercado estiman que si 60 millones de estadounidenses toman el medicamento para el 2028, el PIB podría crecer 1% adicional. Es complicado encontrar la relación, pero uno podría pensar que los usuarios que toman este medicamento tenderán a comprar menos alimentos, comida rápida u otros productos que hoy son altamente consumidos, y los reemplazarán por productos más naturales, fitness, cosméticos o relacionados con un nuevo estilo de vida. Entonces, no necesariamente el menor consumo de alimentos o comida rápida significaría una pérdida para el crecimiento del país.
Otro análisis que se ha hecho, con datos de United Airlines, es que la compañía podría ahorrar alrededor de 104 millones de litros de combustible al año, unos $80 millones de dólares de costo, solo si el pasajero reduce 5 kilos su peso.
¿Pero cómo les ha ido a las compañías? Desde 2017, cuando la FDA aprobó el uso de semaglutida para mejorar el control de los niveles del azúcar en adultos con diabetes tipo 2, empresas como Eli Lilly y Novo Nordisk, han rentado (incluyendo dividendos) +1085% y +486%, respectivamente. Ahora bien, desde junio del 2021, cuando la FDA aprobó el fármaco para tratamientos de obesidad o sobrepeso, estas acciones aumentaron (incluyendo dividendos) +304% y +245%, respectivamente.
En esto no estamos tomando en consideración los efectos secundarios del medicamento, o las razones de controversia a su alrededor, tampoco estoy proponiendo que lo tomen, sino que simplemente se podrían extrapolar las consecuencias económicas a un fenómeno que viene adquiriendo cada vez más adeptos.
La idea de que perder peso colectivamente podría impulsar el PIB, desafía nuestras nociones tradicionales sobre crecimiento económico. Sin embargo, como el caso de los pañales y la cerveza nos enseñó, las correlaciones inesperadas pueden llevar a entendimientos y oportunidades de mercado inexploradas.
Este fenómeno nos invita a reflexionar sobre cómo los cambios en el comportamiento del consumidor, impulsados por avances médicos, pueden remodelar industrias enteras y tener efectos cascada en la economía. Desde aerolíneas que ahorran en combustible hasta el auge de nuevos mercados de productos saludables, estamos presenciando una transformación que va más allá de la simple pérdida de peso.