Querida paciente
Comprendo profundamente el dolor y la confusión que debes estar sintiendo después de haber experimentado esta lamentable situación. No estás sola en esto, y quiero ofrecerte información y apoyo para ayudarte en este proceso.
Un abuso sexual nunca es un juego, una casualidad o algo que pasó sin darnos cuenta. Un abuso sexual no es normalizable, y además, es un delito.
Y lo son, todos aquellos actos que atentan contra la indemnidad, libertad e integridad sexual de una persona, independientemente de su edad, estrato social, raza, etnia, religión, sexo, orientación sexual o nacionalidad.
Si bien existen muchos delitos en la esfera de la sexualidad de una persona, un abuso sexual es el que ocurre sin consentimiento.
Es posible que haya consecuencias producto de este acto:
Existen muchas reacciones que experimentan las víctimas de agresiones sexuales. Estás pueden variar de una persona a otra y no existe un patrón de reacción frente al estrés extremo provocado por experiencias traumáticas.
Algunas personas responden inmediatamente frente al estrés del trauma o episodio traumático, mientras que otras tienen reacciones tardías que aparecen meses o incluso años después.
Los periodos de estos efectos tampoco son comunes para todos, algunas víctimas experimentan efectos adversos por un período prolongado de tiempo, mientras que otras personas se recuperan con mayor rapidez.
También podrías llegar a experimentar algunas de las siguientes sensaciones:
Miedo, mucha ansiedad dominante, preguntas frecuentes como si es posible que se reitere lo vivido. Flashback, que es volver a experimentar la agresión una y otra vez a través de los recuerdos o sueños asociados al hecho.
Dificultades para concentrarse y mantenerse centrado(a) en una tarea en el estudio o trabajo. Culpabilización, y desarrollar autoestima negativa. Experimentar sensación de suciedad, asco o rechazo de su propio cuerpo. Enojo y desánimo. Dificultades en contacto íntimo con otras personas y pérdida de interés en la sexualidad.
El impacto de un abuso sexual varía de una persona a otra y puede ocurrir en varios niveles, física, emocional y psicológicamente.
En Chile, las denuncias de abuso sexual no tienen fecha de expiración. Puedes denunciar incluso años después del incidente. Esto es importante, ya que muchas veces puedes necesitar tiempo para procesar lo ocurrido antes de dar el paso de denunciar.
Si ya tomaste la decisión de denunciar un caso de abuso sexual, quiero que sepas que es importante por varias razones:
Justicia: Permite que los perpetradores enfrenten consecuencias legales. Quisiéramos que la justicia fuera más rápida, pero al hacer la denuncia el caso de judicializa y como víctima estás más protegida. El Estado tiene el deber de apoyarte.
Prevención: Ayuda a prevenir futuros abusos.
Apoyo a la víctima: Brinda acceso a recursos y apoyo emocional.
¿Cómo puedes denunciar?
Puedes acudir a denunciar en las Fiscalías de Chile o también online en www.fiscalia.cl. También puedes ir a las comisarías de Carabineros de Chile y de la PDI (Policía de Investigaciones de Chile). Igualmente puedes acercarte a Tribunales del país con competencia penal, o en Gendarmería, si el delito ocurre en un recinto penitenciario.
Es importante que sepas que es fundamental obtener posibles evidencias biológicas, por lo tanto, si te es posible, guarda, sin lavar, la ropa que vestías cuando ocurrió el hecho y entrégala directamente a la policía como prueba.
Si además de las prendas de vestir tienes otro tipo de antecedentes relevantes, como testigos, fotos, documentos o información sobre la existencia de videos, servirán para la investigación.
Si denuncias no olvides que tus derechos son:
Recibir un trato adecuado, respetuoso y no discriminatorio. Ser orientada, protegida y contar con apoyo durante todo el proceso penal. Declarar lo que te ocurrió en un ambiente protegido y privado. Luego de realizada la denuncia el fiscal y/o su equipo tomará contacto contigo. Si necesitas protección, la Fiscalía de Chile velará por disponer o solicitar las medidas que sean apropiadas para tu caso.
Además, si requieres de terapia psicológica reparatoria, dentro de la red de apoyo pública de atención especializada, se puede gestionar apoyo profesional.
Existe una red de atención de apoyo a las víctimas de estos delitos:
SERNAMEG ofrece líneas telefónicas de apoyo para víctimas de violencia de género. Llama o escribe al número 1455 y al WhatsApp +569 97007000 para recibir información y apoyo sin revelar tu identidad.
Programa de Apoyo a Víctimas del Ministerio del Interior: llamando al 600 818 1000.
Atención a Víctimas de Delitos Violentos de la Corporación de Asistencia Judicial: en todo Chile hay centros.
Cómo decirlo a tu familia
Sé que una de las situaciones más complejas es develar lo sucedido a la familia, puede ser aterrador y muy impactante. Te recomiendo la búsqueda previa de ayuda profesional especializada para poder evaluar tu caso.
Cada familia es distinta y desafortunadamente, se tiende a minimizar, negar o normalizar, porque es muy doloroso para los padres enfrentar el abuso de un familiar a otro.
Si ya te decidiste, considera elegir el momento más apropiado, tranquilo y seguro para hablar con ellos. Sé sincera y no niegues tus sentimientos y necesidades, ni te dejes presionar para dar detalles específicos si no estás lista. No es necesario contar lo sucedido a nadie, excepto a quien tu decidas hacerlo. Puedes evaluar que tu terapeuta esté presente durante la conversación.
Entre los sentimientos que se pueden producir dentro de la familia destacan:
La responsabilidad por el descuido hacia la persona, recae tanto en la familia como en la víctima. Un individuo en quien se confiaba sobrepasó los límites y traicionó la confianza de la familia.
La salida del abusador del hogar para apoyar a la víctima también conlleva un proceso de duelo para la familia, ya que todos experimentan una pérdida. Además, pueden surgir otras reacciones dentro de la familia que pueden resultar extremadamente perjudiciales y es crucial evitarlas:
– Normalización del abuso
– Responsabilización de la víctima por su propio cuidado
– Creencia en el abusador y desacreditación de la víctima, lo que resulta devastador para esta última al validar al perpetrador y abandonar a la víctima.
– División de la familia en facciones: algunos creen a la víctima, mientras que otros apoyan al abusador, generando divisiones en las opiniones.
– Mantener al abusador en el hogar, a pesar de que todos estén conscientes de lo sucedido. O mantener una relación con él fuera del hogar, sin considerar el sufrimiento de la víctima.
– Mantener en secreto el abuso, tanto por parte de la víctima como por parte de quienes tienen conocimiento de ello.
Denuncia, superación y recuperación
La recuperación es un proceso individual. No hay una línea de tiempo establecida. El autocuidado también es muy importante. No estás sola en esto. Hay personas dispuestas a escucharte y apoyarte. Tómate el tiempo que necesites y recuerda que mereces sanar y vivir una vida libre de miedo.
Cuando se le cree a la víctima que ha sido abusado/a en ese momento ya comienza la reparación. Es importante brindar apoyo incondicional a la víctima, respetar sus tiempos y no apresurarse a interrogar. Generar un ambiente de confianza, dando la seguridad a la víctima de que será protegida, cuidada, como también a sus cercanos.
Cuando el abusado es menor de edad, hacer la denuncia correspondiente y si es mayor de edad, apoyar para que haga la denuncia pertinente cuando se sienta en condiciones.
Dar espacio para hablar de lo ocurrido cuando la víctima lo sienta necesario, pero sin preguntar detalles. Si la víctima se abre a dar detalles, escuchar respetuosamente sin hacer comentarios, sólo contener con gestos amorosos y respetuosos.
No sobre reaccionar cuando la persona abre el abuso, la víctima no puede terminar conteniendo a la persona de confianza, porque puede silenciarse. Buscar redes de apoyo y ayuda de profesionales, también para otros miembros de la familia si así lo requieren, pues también son víctimas indirectas, y está afectadas.
Con empatía y solidaridad, estoy para apoyarte, y nunca te olvides que mereces una vida mejor,
Un psicólogo.
Julio César Carrasco R
Psicólogo clínico EMDR
Instituto Kintsugi