El mes de la “educación financiera”, es una efemérides que nos invita a reflexionar como país. ¿Las personas están tomando decisiones informadas sobre sus finanzas? ¿Saben realmente qué opción es mejor para su bolsillo?

Lo que refleja el último estudio de Cadem es que el 42% de los chilenos tiene un nivel de conocimiento financiero bajo. Junto con esto, nos encontramos en un contexto donde los niveles de deuda y ahorro se encuentran en registros negativos históricos.

Esto nos incita a avanzar en medidas concretas que nos permitan una educación financiera inclusiva, ya que en condiciones económicas complejas, la toma de decisiones puede complicarse aún más.

Hoy existen importantes avances que van en esta línea, como lo son el desarrollo de la Ley Fintech, la normativa que busca crear un Registro de Deuda Consolidada público y gratuito, el cual avanzó a su segundo trámite constitucional, así como los positivos esfuerzos de la CMF en los que anunció mejoras en su Informe de Deudas en los que espera incluir recomendaciones y orientaciones para que las personas lo entiendan mejor y generen acciones concretas.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer y esperamos que el Gobierno y todos los actores privados de esta industria, podamos ser un aporte hacia un Chile económicamente más sano en pro de las familias y futuras generaciones.

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