Era la previa del 17 en casa, porque las fondas partían muy caras y había que llegar a tono. Renata iba en segundo de la Universidad, era buena estudiante y la mayor de 3 hermanos, la adoración de su Papá, que preocupado -desde la ventana del segundo piso- escuchaba las risas y entre medio a uno decir: “Tranquilo, con copete manejo mejor.”
Quiso bajar a decir algo, pedirles que se fueran en Taxi. Pero no. Debía confiar. No pasaría nada. Era invadir su mundo y siempre procuró respetar la libertad de Renata. Recordaba las veces en que también había manejado con un par de copas. Tampoco esto había sido tema hasta ese día en que, al borde de la ventana, se encontró por primera vez con algo que siempre había normalizado, pero que justo hoy se cruzaba como un oráculo doloroso.
Horas después, unas luces intermitentes inundaron el pasaje. Era su puerta la que tocaban. El año 2022 once niños y jóvenes murieron producto de accidentes de tránsito por Alcohol, cada año en estas fechas fallecen cerca de 40 personas por las mismas causas.
Nuestro país tiene una de las tasas más altas de consumo de bebidas alcohólicas, 4 de cada 10 bebieron el último mes y el 60% de ellos se embriagó.
Aprocor, junto a Cadem, presentaron un estudio en que 3 de cada 10 conductores encuentra aceptable manejar con Alcohol. Peor aún, 4 de cada 5 personas de la encuesta creen que va a aumentar el consumo de Niños y adolescentes en estas fiestas, lo que es esperable, dado el incremento en otros importantes factores de riesgos luego de la pandemia, como los problemas de salud mental y violencia.
Otro aspecto que señala el informe es que lo que más preocupa a los conductores -que manejan ebrios- es el control policial, no los daños que pueden provocar. En la misma línea, un 50% considera fácil evadir dichos controles, como también es fácil para los niños acceder a alcohol gracias, en mayor parte, a un adulto que se los consigue.
Pese al avance en leyes y controles, somos nosotros los que realmente podemos hacer un cambio. Como Padres y Cuidadores debemos involucrarnos en lo que hacen nuestros hijos, con quienes comparten, saber sus intereses y gustos, en estas fechas es clave comprender cómo van a celebrar.
Eso les hará ver que para nosotros son importantes y que estaremos atentos a sus conductas. Por lo mismo, es fundamental plantear claramente nuestras expectativas, preguntémonos si les hemos dicho que queremos que se cuiden estos días, que no nos da lo mismo que beban en exceso o que consuman drogas.
Debemos darnos el tiempo compartirles información adecuada y veraz para que tomen decisiones, no en base a slogans, sino de la evidencia. Por último, hablemos con ellos desde nuestro sentir y no desde nuestro juicio.
El miedo, la pena, la preocupación y el cansancio son emociones legítimas que vivimos. Estas emociones son posibles y necesarias de expresárselas a ellos, ya que abre una puerta que les permite empatizar con nosotros.
Existen programas de apoyo a la crianza que abordan este tipo de situaciones en base a la evidencia y con resultados extraordinarios que disminuyen a más de la mitad la probabilidad de consumo de alcohol y otras Drogas en población adolescente. Uno de ellos es “Familias Unidas”, de la Universidad de Miami, que fue parte de la oferta pública del Sistema Lazos de la Subsecretaría de Prevención del delito hasta en 2022, donde rediseñaron el sistema excluyendo esta oferta, pero que dada su evidencia y beneficio la Fundación San Carlos de Maipo lo implementa entre cientos de familias en todo Chile.
Hoy se hace fundamental impulsar una Agenda Temprana de Prevención Social que actúe antes, para que los factores de riesgo no se materialicen en conductas dañinas para el desarrollo de la Niñez. Se requiere no sólo cobertura, sino calidad para prevenir oportunamente.
Estamos llegando tarde cuando recién la autoridad, a pocas horas de comenzar fiestas patrias, lanza una campaña centrada en el consumo de alcohol y los accidentes de tránsito. No hay comunicación de riesgo ampliamente difundida por nuestras autoridades. Sólo nosotros podemos hacer un cambio. Son tus hijos y los míos. Son todos los niños del mundo.