La situación empeora si consideramos que nuestro país está por encima del promedio OCDE en generación de RCD. Y ojo, toda esta información es sobre la base de lo declarado, podemos suponer que los números son aún peores.
Sabemos que en Chile, alrededor del 35% del total de los residuos sólidos que se generan corresponden a la construcción y demolición. Para este año se prevé que alcanzarán los 7,4 millones de toneladas. ¿Dónde está todo ese material? buena parte en botaderos ilegales.
Es claro: no podemos seguir igual. El actual modelo de desarrollo lineal es insostenible. La urgencia de aumentar los niveles de circularidad de nuestra economía es ineludible.
Algunos sectores ya han avanzado bastante en eficientar y valorizar el uso de sus materias primas. Para ello, la alianza público privada ha sido fundamental. ¿Sería posible una Ley de Responsabilidad Extendida del Productor sin un compromiso fuerte de los sectores regulados? Creo que no. Es el turno de asumir el desafío en el mundo de la construcción.
Necesitamos fomentar la economía circular en la cadena de valor de la industria, a través del uso eficiente de materiales; la prevención, valorización y correcta gestión de residuos.
¿La buena noticia? Ya comenzamos.
En noviembre del año 2021 se firmó el primer Acuerdo de Producción Limpia (APL) a nivel nacional con la Cámara Chilena de Construcción en la región de Valparaíso, que buscó impulsar un enfoque de economía circular en la gestión de los residuos entre los distintos actores de la cadena de valor del sector construcción. Participaron empresas e instituciones vinculadas al ciclo de vida de un proyecto de edificación e infraestructura, y a la cadena de valor de la industria de la construcción de la Región de Valparaíso.
Este Acuerdo Piloto permitió identificar las barreras y desafíos tanto a nivel normativo como productivo y consensuar las soluciones para avanzar hacia la circularidad en el sector.
Hace unos días, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático de Corfo firmó APL con la Cámara Chilena de la Construcción en las Regiones de Los Lagos, Antofagasta y Magallanes, para trabajar de manera efectiva en la prevención, valorización y correcta gestión de los RCD.
Se trata de las empresas vinculadas al ciclo de vida de proyectos de edificación o infraestructura, y a la cadena de valor de la industria. Ellas se suman a los 212 APL que han evitado la emisión de más de 1 millón 900 mil toneladas de CO2 equivalente, involucrando a más de 9.200 empresas adheridas y casi 16 mil instalaciones.
Aquí no se parte de cero. El sector ya cuenta con una Hoja de Ruta de Residuos de la Construcción y Demolición Economía Circular, que ha establecido la meta de valorizar el 70% de los RCD generados al 2035.
Todo esto no solo se trata del cuidado del medio ambiente, es también un buen negocio. Se prevé que los ahorros para las constructoras oscilarán entre un 25% y 50% si se reducen, reutilizan y reciclan los materiales para la fabricación de nuevos productos. A esto se deben sumar los nuevos negocios verdes asociados, la creación de puestos de trabajo, entre muchas otras buenas noticias.
Números más, números menos, lo cierto es que el tren de la sustentabilidad ya partió, acelera a cada paso y la industria de la construcción debe subirse rápido y sin temor.