Actualmente en el mundo se habla de “Twin Transition”, el paradigma de las dos más importantes revoluciones, la digital y la sostenible. Así, la transformación digital se enfoca tanto en la optimización del servicio y la empresa, como en establecer un vínculo positivo con el medioambiente y la sustentabilidad.

Ya no hay dudas de que las economías emergentes deben centrar sus estrategias de crecimiento en la transformación digital y la sostenibilidad, tal como es prioridad en las agendas corporativas de los países desarrollados. De hecho, resulta difícil pensar un futuro sin la integración de ambas.

Por ejemplo, en el sector de energía, esto puede implicar la incorporación de modelos renovables, la optimización de la gestión de la demanda y la mejora de la eficiencia energética. En la agricultura, puede permitir una optimización en la gestión de los recursos hídricos y el uso de técnicas de cultivo más sostenibles. En la movilidad, el fomento del transporte público y la creación de sistemas menos contaminantes.

Hoy son varios los países de Europa, Asia y América que están liderando la transformación gemela en diferentes sectores, impulsando el desarrollo de prácticas sustentables a través de la innovación tecnológica (Inteligencia Artificial, Blockchain, impresión 3D, construcción circular y robótica) y la colaboración.

Pensemos, por ejemplo, cuánto tiempo, dinero y huella de carbono ahorraríamos si en obras de gran escala probáramos el mobiliario y otros equipamientos estructurales con diseños de realidad aumentada a partir de hologramas. O cuánto podrían reducirse los recursos necesarios para la producción de un automóvil si se imprimieran en 3D con polímeros de minerales naturales.

“Twin Transition” puede ser el método más eficaz para garantizar el futuro de nuestra sociedad, optimizando la protección al medioambiente y consiguiendo un crecimiento económico sostenible y justo para todos.