Durante los últimos años hemos visto como los cambios sociales, culturales, tecnológicos y políticos han avanzado vertiginosamente. Sin ir más lejos, la irrupción de nuevas tecnologías como el chat GPT que utiliza la inteligencia artificial, nos siguen sorprendiendo, y haciendo reflexionar de lo frágil que pueden llegar a ser algunas ocupaciones o profesiones que hasta hace un par de años creíamos esenciales e irremplazables.

Diversos estudios (OCDE, 2019) posicionan a Chile como uno de los países con mayor riesgo en su mercado laboral, producto de la automatización, con un 53% de las ocupaciones en riesgo, de las cuales el 22% tienen una probabilidad mayor al 70% de ser automatizadas.

Según el foro económico mundial, al 2025 se destruirán 85 millones de empleos, pero a su vez se crearán otros 97 millones de ellos, principalmente asociados a las nuevas tecnologías como el big data, Cloud computing y el comercio electrónico. Lo anterior ha llevado a muchos profesionales a especializarse y buscar nuevos conocimientos en programas de postgrado y educación continua, dado que la especialización nos conduce a estar “a salvo” de la obsolescencia laboral.

Cursar un programa de postgrado, no sólo permite acceder a una renta mayor, sino que a tener un menor riesgo de caer en desempleo. Por ejemplo, en Chile la tasa de desempleo para personas que poseen sólo educación escolar es un 58%, mientras que para profesionales que poseen postgrados y postítulo es cerca del 2%. (Fuente: INE, 2019)

Programas como Diplomados y Magíster nos mantienen actualizados como profesionales, pero muchas veces surge la siguiente inquietud; ¿qué programa debo escoger? La respuesta depende del objetivo profesional que cada uno tenga, y que el cursar este programa se traduzca en crecimiento laboral, adquiriendo las capacidades y competencias que necesitamos para afrontar con éxito los cambios que están ocurriendo en nuestro entorno.