Todos los conceptos antes mencionados son interesantes de conocer y echar a andar en diferentes escalas. El problema es que no están alineados con las urgencias legislativas que se requieren para avanzar con una mirada objetiva y libre de dogmas y prejuicios.
Pocos hablan, y queda demostrado en los hechos y actuaciones, de que el sector forestal es importante para el país. Lo relacionan de manera directa con monopsonios, grupos económicos, platas políticas, colusión y concentración. Y no dejan de tener razón. Pero el análisis que esperamos de las autoridades debiese tener una segunda mirada.
La industria forestal que en el año 2022 exportó 6.700 millones de dólares. Involucra a 300.000 trabajadores directos, e indirectos, si le sumamos a todos los relacionados con él, a saber, el dueño de una barraca, el mueblista, el carpintero, el taxista que traslada a ejecutivos en el aeropuerto, la sra. que vende tortillas con mariscos en Laraquete y los recolectores de productos forestales no madereros (hongos, flores, hojas), entre otros. Podemos llegar a números que sobrepasen los 600.000 trabajadores.
Entonces, el análisis de cambios a la institucionalidad y elaboración de políticas públicas ya no es un mero trámite, sino que requiere dejar de lado los gustos personales y de manera objetiva, consensuada, responsable y con mirada de país, enfrentar y proponer los cambios necesarios que fortalezcan el sector.
¿Qué es lo que apremia y necesita el sector de manera urgente?
A modo de recomendación para las autoridades, los contratistas forestales le planteamos que el mejor legado que pudieran dejarnos sería un Sernafor funcionando y una Subsecretaría Forestal que converse con los otros ministerios, para robustecer y relevar la importancia del sector.
Una Ley de Forestación para pequeños y medianos propietarios, con un subsidio con libertad de elección del propietario, para la plantación de pino, eucaliptus, nativas o pino o eucaliptus con nativas de manera mixta. Sin esta ley, Chile no podrá cumplir con las metas establecidas de las Contribuciones Determinadas a nivel nacional (NDC) para el 2030, ni tampoco la meta de carbono neutralidad para el 2050.
Por último, se debe incluir en el legado las modificaciones a la actual Ley 20.283 sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal, que permitan que 4 millones de hectáreas (algunos hablan de hasta 7 millones) puedan comenzar su manejo forestal responsable y evitar así la condición de estanco, degradación, robo, fuente inagotable de leña e incendios intencionales que hoy las afecta.
Estos tres temas son de vital importancia para desarrollar el sector y robustecer la institucionalidad de Chile como País Forestal.
Los contratistas forestales vamos a estar siempre disponibles y “COMO TABLA” para apoyar y trabajar por ellas.