Diversos gobiernos han impulsado políticas, legislaciones e incrementado presupuestos que se traducen en programas y proyectos, en cuya implementación es fundamental la participación de la población, empresas, municipalidades, gobiernos regionales y las comunidades académicas. Recientemente, nuestro país avanzó en la Ley Marco de Cambio Climático, luego que el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad (CMSyCC), aprobará reglamentos claves para su implementación. Sin duda, un importante avance.
Chile no escapa a los efectos del deterioro ambiental. Esta grave situación y sus consecuencias se ven por doquier, siendo las más recientes la crisis hídrica y los incendios forestales que sin tregua arrasaron miles de hectáreas afectando suelos, actividades productivas y comunidades campesinas de varias regiones.
En este escenario, gran labor recae en las instituciones que forman personas con capacidades técnicas y profesionales, que generan conocimientos pertinentes a los problemas y potencialidades de su entorno, y que se esmeran por informar a sus comunidades, hacer educación ambiental e interactuar con la ciudadanía en la ejecución de programas y proyectos.
Si bien son decenas las instituciones académicas que realizan programas de pre y posgrado, una categoría especial la constituyen las universidades regionales. Ellas cumplen todas las funciones propias de una institución compleja y, además, lo hacen en niveles de reconocida excelencia, como lo acredita la Comisión Nacional de Acreditación (CNA). Lo valoran sus propias comunidades y como indican diversos estudios de opinión.
Las universidades regionales ofrecen cada vez más programas de pre y posgrado vinculados a la agricultura, desarrollo forestal y ganadería; a la actividad minera, acuícola y generación de energías renovables, gestión del agua, aire, protección de humedales, por citar algunos. Las y los profesionales egresados conforman los cuadros directivos y de personal de miles de empresas grandes, medianas y pequeñas, y cientos de organismos públicos que se vinculan con el medio ambiente y su adecuada gestión.
Sus investigaciones promueven un desarrollo económico y social ambientalmente sustentable, como ocurre hoy día con la generación de energías renovables como la eólica, geotérmica, solar, mareomotriz, hidrógeno verde, o la emergente explotación del litio. Se agregan distintas iniciativas para la recuperación de zonas terrestres y marinas deterioradas, manejo adecuado de lugares de acopio de desechos mineros o químicos peligrosos para la vida humana, vegetal y animal. Con plena convicción, académicas/os regionales impulsan proyectos medioambientales que están en las fronteras del conocimiento y sus publicaciones tienen niveles excelencia y de citación en la academia mundial.
Los temas ambientales son prioritarios en las relaciones de las universidades regionales con las organizaciones sociales, gremiales y productivas de su entorno. De ellas, han egresado muchas de las personas que, a través de ONGs y fundaciones realizan labores de información, educación, sensibilización y también de denuncia ante acciones que amenazan nuestro medio ambiente.
Las regiones son organismos vivos, cuya subsistencia depende de la relación armónica que se debe dar entre los distintos componentes de la naturaleza, de éstos con la población que habita cada territorio y las actividades sociales y productivas que realiza. Tal relación armónica depende de las conductas individuales y colectivas de su población, de los conocimientos que vaya logrando e incorporando en sus prácticas, quehaceres cotidianos y sus perspectivas futuras. El desarrollo sustentable y el futuro de cada comunidad está indisolublemente ligado a la cultura ambiental que ellas poseen.
En el contexto del Día Internacional del Medio Ambiente que conmemoramos hoy 05 de junio, es de toda justicia reconocer las distintas instituciones que trabajan a diario en temas medioambientales como nuestras universidades regionales de AUR. También es oportuno hacer una llamado amplio y urgente a la ciudadanía a proteger eficazmente nuestro medio ambiente, gestionar de manera adecuada los recursos naturales que posee Chile y de los cuales todas y todos tenemos la obligación de resguardar.
No olvidemos que, por cuarto año consecutivo, Chile tiene un triste record: el 15 de mayo de 2023 resultó ser el primer país de Latinoamérica en alcanzar su overshoot day o sobregiro ecológico, agotando elementos naturales que le debían alcanzar para vivir todo el 2023. Huella ecológica calculada por Global Footprint Network (GFN) que, con creces, sobrepasa lo que la Tierra puede regenerar en un año. Negro panorama, indicativo que mucho tenemos todos(as) por hacer.