Al igual que las demás conurbaciones más grandes del país, el Gran Concepción sufre un problema crónico de infraestructura que no permite afrontar de manera adecuada los aumentos en la movilidad de la región. A lo anterior se suma el crecimiento de las actividades productivas de la región, que agregan al transporte de carga al problema de infraestructura anterior, en una región con fuerte actividad industrial, forestal y portuaria.
Por lo visto, el crecimiento de la oferta de transporte debe hacerse cargo de los desafíos climáticos, de fiabilidad (y puntualidad) del servicio, de resiliencia y crecimiento de la demanda, especialmente si se desea cumplir objetivos de crecimiento sustentable. En este sentido llama la atención la poca importancia relativa que se le da al ferrocarril.
El subestimado Biotrén
El Biotrén es hoy un sistema ferroviario Suburbano compuesto por dos líneas principales que representan los ejes estructurantes del transporte público del Gran Concepción. Durante el año 2022 transportó alrededor de 9 millones de pasajeros, un 137% más que el año 2021 (6,6 millones de pasajeros) y un 174% más que el año 2019 (5,2 millones de pasajeros). Esto lo convierte en uno de los pocos servicios de transporte público a nivel nacional (junto a sus pares en Valparaíso, Santiago y Temuco) que logró una rápida recuperación post pandemia.
Todas son cifras que exceden las estimaciones realizadas por EFE, SECTRA y Consultores, como la esperada a partir de la inauguración de la extensión del Biotrén, donde se determinó que con el proyecto se podría llegar a duplicar los 1,6 millones de pasajeros transportados en 2015 por el Biotrén.
Cabe notar que el servicio de la línea 2 hacia Coronel tuvo una interrupción importante durante 4 meses debido a una falla en el actual (y longevo) puente ferroviario sobre el río Biobío. Frente a ello se implementaron medidas de contingencia mediante el transbordo de personas a buses. Pese a lo anterior, el servicio registró un incremento de un 20,45% más de pasajeros transportados frente a las cifras del mismo periodo en el año 2021, un 52,5% en comparación con el año 2019 y un 73,4% con el año 2018.
Sí… pero No al Biotrén
En junio del año 2022 el Gobierno Regional realizó una consulta ciudadana sobre movilidad. ¿Resultados? El Gran Concepción quiere Metro, más Biotrén y restricción vehicular: El 25,65% de quienes participaron y viven en Concepción optaron por un Metro, el 37,58% de las personas de Coronel quiere que los trenes de pasajeros actuales del Biotrén sean más grandes (aumento de coches de pasajeros). En Lota un 43,61% anhela la llegada del tren a su comuna, al igual que en las comunas de Penco (43,47%) y Tomé (42,53%). Respecto de la calificación de servicio un 41% evaluó al Biotrén con una nota entre 6 y 7, mientras que un 50,33% evaluó a los Taxibuses con una nota entre un 1 y 3.
Tras conocer estos resultados, el Gobierno Regional del Biobío indicó estar “consciente de las necesidades de todos quienes habitan la región”. Sin embargo, en octubre del mismo año, el ejecutivo dio una tremenda sorpresa al anunciar inversiones por USD 450 millones para una red de electro-corredores en el Gran Concepción (93 kilómetros, gran parte de ellos paralelos al trazado actual del Biotrén a Coronel y a su extensión proyectada hacia Penco), tres terminales de carga y 200 buses eléctricos.
En un sistema de transporte, las distintas alternativas se deben complementar y con ello generar una oferta integral de transporte público. Sin embargo, el generar los trazados de forma apresurada y paralela al servicio ferroviario parece una forma de dificultar sus planes de expansión, especialmente si se considera la actual, compleja y no siempre acertada metodología con que se evalúan socialmente los proyectos ferroviarios.
De esta manera, los proyectos viales terminan siendo una competencia desleal en la burocrática y sesgada planificación del transporte en la región. Ejemplo de ello es la decisión de que los corredores se ejecuten mediante concesiones, quedando como “base” frente a los proyectos de mejoramiento y expansión ferroviarios.
Biotrén al siguiente nivel
El plan debería ser reflejo de la real necesidad de movilidad integral, moderna y sustentable que demanda la región. En el caso ferroviario, las inversiones inmediatas han sido correctamente orientadas a la reposición de infraestructura crítica y material rodante. Sin embargo, es urgente que el Biotrén llegue al siguiente nivel; en otras palabras, se requieren inversiones que permitan una mayor capacidad de la red actual, una mejor cobertura, un mejor servicio y una alta resiliencia y mayor disponibilidad.
En lo práctico, esto se traduce en eliminar interferencias y confinar completamente la infraestructura ferroviaria (desnivelaciones y confinamiento), mayor dimensionamiento (más trenes, cocheras, estaciones, sistema eléctrico, terceras vías) y seguridad (sistema de señalización y control).
Tales inversiones no están identificadas como proyectos de mejora integral o portafolio de proyectos. Algunas sí han sido incluidas como parte de los proyectos de expansión que están en análisis (esto es, la puesta en operación de servicios a Lota y Lirquén), pero por lo mismo están condicionados a ellos. Es decir, se trata de inversiones que hoy son bastante urgentes, pero que no podrán verse antes de 2027-2028, si es que los estudios resultan favorables. De lo contrario, ¡habrá que seguir esperando!