Para comenzar un análisis serio sobre el endeudamiento de Chile debemos partir entendiendo que la evidencia es, y debe ser, más decisiva que la especulación. Por lo mismo, mis conclusiones están fundadas en distintos estudios, tomando en cuenta múltiples variables para que las observaciones que se hagan sobre esta situación tengan la mayor exactitud posible.

Del año 2021 al 2023 el panorama del endeudamiento en Chile se ha ido agravando de manera sustancial: de acuerdo a la última Encuesta Financiera de los Hogares del Banco Central que analiza datos del año 2021, el 57,4% de los hogares tiene alguna deuda. Producto de las ayudas estatales entregadas en la pandemia había disminuido el porcentaje de años anteriores, pero esto produjo un “efecto rebote”, ya que luego de los IFE y retiros del 10% volvió a aumentar en todas las mediciones el endeudamiento y la inflación.

En este contexto, Chile cierra el año 2022 con la mayor inflación anualizada desde el año 1991, produciendo un detrimento en la capacidad adquisitiva de los sectores más vulnerables. En la actualidad la realidad es que el 61,7% de los deudores morosos están en el Grupo Socioeconómico D, según el 40° informe de EQUIFAX. Este mismo documento revela que existe un aumento en los deudores morosos de 35 mil personas en un año, creciendo solo en el último trimestre 23 mil personas.

En palabras simples: en un trimestre aumentaron los morosos en la misma cantidad de gente que el público del último clásico universitario.

La cantidad de gente endeudada aumentó de la forma más rápida que se había visto en 10 años, donde el total de deudores morosos es de 4.150.037 personas. Sumado a esto, la deuda promedio mensual de ellos es de $1.996.867, -que es un aumento de un 5% en un año-, siendo que según la Encuesta Suplementaria de Ingresos del INE se constata que el ingreso laboral promedio mensual en Chile es de $681.039.

En este sentido podemos concluir que el endeudamiento mensual de los chilenos es 3 veces mayor a sus ingresos mensuales; es decir, que deberían ganar 3 veces más para poder cubrir su apalancamiento financiero, sin siquiera pensar en los gastos generales de la vida como alimentación, transporte, colegiatura, entre otros.

Pues bien, si seguimos profundizando, nos encontraremos que este drama se convierte en una historia de terror. Porque si usted se percata, hemos estado hablando todo el tiempo de endeudamiento moroso. Pero en Chile hay una gran cantidad de personas que están sobreendeudadas pero que no están morosos. Por ejemplo, una persona que está pagando con el 70% de sus ingresos créditos, y para lograr llegar a fin de mes, pide avances en efectivo, ocupa el saldo de la línea de crédito, pide crédito de consumo, o se apoya en la tarjeta de crédito. O sea, las personas están comiendo a crédito.

Están viviendo una crónica de una morosidad anunciada, ya que, si bien batallan contra la morosidad, en cualquier momento no podrán seguir pagando no porque no quieran, sino porque no pueden, y esto es indudablemente una bomba de tiempo.

¿Qué nos depara el futuro? Si vemos lo que ha ido ocurriendo podemos entender que la desocupación según el INE ha crecido en un año del 7,1% al 8,8%. Si sigue esta misma tendencia, en corto tiempo volveremos al nivel del endeudamiento pre pandémico, que era superior al actual, ya que con los retiros muchas personas pagaron sus deudas y se bajó de casi 5 millones de personas sobreendeudadas y morosas a casi 4 millones. Esto nos muestra que las personas que viven en Chile sí quieren pagar sus deudas, de modo que el endeudamiento actual se debe no a una falta de compromiso con el pago de las obligaciones sino a la imposibilidad absoluta y real de poder cubrir con los ingresos sus gastos.

Finalmente, respecto a este diagnóstico general, no hay que olvidar que lo más gráfico del ingreso de los habitantes de Chile no es fijarnos en el promedio de ingresos sino en la mediana. Es decir, ¿cuánto gana la mitad de las personas que viven en Chile para abajo? Lo que nos dice el INE es que son 457 mil pesos. En este contexto, la mediana de sueldo en Chile está muy cerca del sueldo mínimo, y cualquier movimiento en falso puede generar una ola de desempleo que agrave aún más el fenómeno del endeudamiento, en especial la llamada “Deuda Mala”, en relación a lo más básico que es la alimentación.

En conclusión: hay que dejar de improvisar y empezar a mirar los datos, ya que la gente está comiendo a crédito y el crédito se les va a terminar.

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