Imagínese que usted le arrienda una parcela a alguien. En ese terreno usted invierte en trabajo de suelo, riego, fertilizante y tecnología, gracias a lo cual comienza a producir fruta de una gran calidad, que le da mucha utilidad. Después de eso, llega el dueño y le dice: “pese a que me pagas un arriendo, quiero ser dueño de la mitad de lo que tú produces”. ¿Cómo reaccionaría?
Eso es lo que ocurre con los contratos de arriendo del litio entre Corfo, SQM y Albemarle. Codelco, en una palabra que usa frecuentemente el presidente, fue “instruida” para iniciar conversaciones con las empresas que tienen contrato de arriendo de explotación en el salar. El contrato de SQM es hasta el 2030 y el de Albemarle hasta el 2043.
En el caso de Albemarle, mostró su respaldo con la política nacional del litio, pero planteó que renegociará su contrato de arriendo un poco antes de que se cumpla el plazo de vencimiento, es decir, cerca del año 2043.
El anuncio de la política nacional del litio, planteada de manera precipitada, incompleta y sin ser sociabilizada, provocó varios problemas al gobierno. En primer lugar, enojó a los aliados ambientalistas. No logró concitar apoyos, no logró confianza por parte del sector privado y, finalmente, produjo una estampida bursátil transitoria. Esto provocó que el ministro Mario Marcel tuviera que salir a relativizar el anuncio, provocando que éste perdiera peso.
En este episodio, cabe recordar las palabras de los alcaldes Ríos y Vodanovic, quienes dijeron que el Frente Amplio no estaba preparado para gobernar. Esto queda de manifiesto al existir un desconocimiento de Codelco y Enami para asumir el desafío que se les encarga.
Codelco pertenece al sistema de empresas públicas, por tanto, tiene funcionamiento de empresa privada, tal como BHP, Anglo American, TECK, etc., con un directorio que funciona en la toma de decisiones y un gobierno corporativo para la evaluación y ejecución de proyectos.
Codelco produce cobre, oro, plata y molibdeno, lo cual se obtiene de un mismo proceso que es de flotación de sulfuros. El litio es una industria absolutamente distinta, por lo que implicaría que Codelco tendrá que crear una empresa totalmente nueva para la explotación del litio, ya que no se puede aplicar la economía de ámbitos, donde, por ejemplo, un gerente de operaciones serviría tanto para la explotación del cobre, como del litio. Esto finalmente significa contratar más personal a costa de recursos del Estado.
Por otra parte, Enami, en el artículo 2 de su ley de creación señala: “La Empresa tendrá por objeto fomentar la explotación y beneficio de toda clase de minerales existentes en el país, producirlos, concentrarlos, fundirlos, refinarlos e industrializarlos, comerciar con ellos o con artículos o mercaderías destinados a la industria minera, como igualmente, realizar y desarrollar actividades relacionadas con la minería y prestar servicios en favor de dicha industria”.
La Enami, si bien tiene nombre de empresa, con la finalidad de emisión de bonos y contraer deuda, en realidad cumple una labor de apoyo a la pequeña y mediana minería, comprando lo que ellos extraen de cobre, convirtiendo la piedra en cátodos de cobre y pagando una tarifa al pequeño y mediano minero, que es la diferencia entre el precio del cobre menos el precio del proceso del mineral.
Entonces, si este no es el camino, ¿cuál sería? La entrega de una pertenencia a un privado con participación estatal. Por ejemplo, Enami tiene un contrato así con la empresa canadiense TECK por la explotación de Quebrada Blanca. En este caso, la empresa estatal tiene el 10% de la propiedad y no corre con los gastos de exploración y explotación.
Respecto al cálculo de los dividendos, Enami tiene una base más estable sobre la cual se determinan los recursos que recibe, lo que hace que consiga aún más réditos de su participación en la faena. Esto haría que Codelco, por ejemplo, ingresara al negocio a costo cero y sin necesidad de crear una nueva empresa con estructura paralela.
Sin duda, debido al peso político perdido por el gobierno, es difícil que se apruebe una empresa nacional del litio; el gobierno no tiene los respaldos para ninguno de sus proyectos. Mientras tanto nuestra economía, por culpa del gobierno del Presidente Boric, está con menos movimiento que las aguas del salar de Atacama.