La enfermedad de Parkinson es una alteración degenerativa del cerebro que está relacionada a síntomas motores (lentitud de movimientos, temblores, rigidez y desequilibrio) y a otros problemas, como son el deterioro cognitivo, los trastornos mentales, los trastornos del sueño y el dolor y las alteraciones sensoriales.
En Chile se estima que hay cerca de 40 mil personas con parkinson, aunque un 30% de ellos lo desconoce.
Esta enfermedad es uno de los trastornos neurodegenerativos más comunes y ha presentado un incremento acelerado en los últimos años. Uno de los factores de riesgo de la enfermedad de Parkinson es el envejecimiento de la población. Cada vez implica una mayor relevancia abordar esta problemática de salud, ya que la mayoría de sus pacientes se encuentran en situación de doble vulnerabilidad: vejez y discapacidad. Sin embargo, este mal también se puede presentar en personas de menor edad; siendo una enfermedad crónica y progresiva, causando una pérdida paulatina de la capacidad física y mental.
El parkinson afecta más a los hombres que a las mujeres. No tiene causas definidas, ni tiene cura. Varios estudios han demostrado que factores ambientales como los plaguicidas, la contaminación atmosférica y los disolventes industriales podrían aumentar el riesgo de padecer esta afección.
Lamentablemente no existen técnicas tan avanzadas para poder diagnosticar el parkinson en etapas pre motoras, por lo que esta enfermedad se presenta mucho antes de manifestar sus característicos síntomas. Asimismo, hay varias patologías neurológicas que se manifiestan de manera similar al parkinson, lo que puede confundir a los pacientes en primera instancia. No obstante, el diagnóstico de esta enfermedad se determina de acuerdo con la evolución de la persona, quien tendrá un tratamiento adecuado según las recomendaciones de su neurólogo/a tratante.
Los medicamentos, el tratamiento quirúrgico y otras terapias pueden tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinson, pero no su progresión, pero evidentemente son de gran ayuda. La levodopa/carbidopa es el medicamento de elección más frecuente y eficaz, y se encuentra en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la OMS. Otras opciones, son agonistas dopaminérgicos, inhibidores de la COMT (enzima), entre otros, o terapias como la estimulación cerebral profunda, o el ultrasonido de alta intensidad (HIFU) que junto con la levodopa ayudan a los síntomas motores y complicaciones de este mismo tratamiento. Una adecuada rehabilitación multidisciplinaria (kinesiólogo, fonoaudiólogo, terapia ocupaciones, psicólogo) podría también ofrecer un alivio al paciente con parkinson.
Algunos tipos específicos de fisioterapia, como el entrenamiento de fuerza, los ejercicios de movilidad y equilibrio y la hidroterapia, pueden ayudar a optimizar el funcionamiento y la calidad de vida de las personas con la enfermedad de Parkinson y otros trastornos del movimiento. La telemedicina también puede utilizarse para mejorar el acceso de las personas con parkinson que vivan distantes de los centros de salud.
Dra. Silvia Barría González, neuróloga y académica de la Facultad de Medicina, UNAB sede Viña del Mar.