Mucha molestia se vio entre los miembros del gobierno al ser rechazada la reforma tributaria, al punto de acusar a diestra y siniestra a opositores políticos y a profesionales y técnicos que argumentaban que era una mala reforma, no solo de evasores, sino que de personas insensibles ante las grandes necesidades del país que clama por más derechos sociales (…).
A las necesarias medidas para disminuir la evasión y cerrar amplios espacios de elusión se agregaba subir el aporte de los que más tienen para cubrir la imperiosa necesidad de igualar más la cancha vía aportes directos, mejoras en salud, previsión y educación, y de paso poder balancear de mejor forma las arcas fiscales cuyos déficits datan de más de una década, haciendo subir la deuda publica a cifras no vistas en muchos años.
Para todo lo anterior se usa la eterna comparación con los países OCDE y cuanto recaudaban cuando tenían un PIB per cápita similar al Chile actual, pero claro, sin mencionar lo estricto y eficiente que esos países eran con los dineros públicos. También se menciona el índice de GINI, ese que mide la desigualdad de ingresos entre los más ricos y los más pobres, y de como en otros países de la OCDE esto es mucho mejor- la pura y santa verdad – pero sin indicar que el índice puro es igual e incluso, en varios países, superior al de Chile, pero que una vez se agrega la acción del Estado este baja considerablemente. Es decir, un traspaso eficiente de los mayores ingresos a quienes más lo necesitan por un Estado que en Chile, básicamente, mueve muy poco la aguja.
¿Escuchó ud. cuantos programas fiscales mal evaluados se siguen ejecutando año a año dilapidando miles de millones? ¿Sabe ud. cuanto de los recursos de educación SEP para los más vulnerables están empozados en cuentas corrientes sin ningún uso? ¿Se mide el efecto de los recursos invertidos en educación que ya alcanzan el 20% del presupuesto de la Nación? ¿Sabe usted en cuanto subieron las contribuciones de bienes raíces en estos 2 años y las calles siguen sucias, las veredas a medio construir y el comercio ambulante fuera de control? De seguro se ha enterado de los cientos de casos de corrupción que hay a nivel municipal en que autoridades usan y abusan de los fondos a cargo; y habrá escuchado de parientes, amigos y camaradas de los gobernantes de turno calentando asiento sin hacer nada mas que proselitismo, en un Estado que no solo tiene exceso de personal sino que paga, desde hace un tiempo, unos sueldos realmente muy superiores al sector privado.
Me encantaría que, así como envían un cuadro de cómo se usaron mis impuestos, se indicara todo lo que tiene mal uso, incluyendo el % de recursos perdidos por casos de corrupción, por ineficiencia en compras públicas, el exceso de personal o las horas que los parlamentarios no trabajan. Porque tenemos esa sensación de que dinero hay, pero algún porcentaje se “pierde” en el camino.
Se requieren más recursos si cada día se descubren nuevas necesidades, obvio. Y la clase política es especialista en descubrir esas necesidades y prometer los grandes cambios y beneficios para así ganar las elecciones. Pero quizás podrían partir por un simple compromiso, de que el gasto será ahora muy eficiente y que por esa vía el GINI bajará un cierto porcentaje y para eso el programa de gobierno partirá ahorrando 3 o 4% del presupuesto actual y que eso significará, entre otros asuntos, disminuir el personal a nivel de gobierno y los recortes realmente ayudarán a cubrir las necesidades de los que menos tienen.
El Estado somos todos nosotros. Entre todos lo financiamos, en el entendido de que esa forma de organizarnos es capaz de proveer servicios y beneficios que de otra forma sería imposible. El Estado no es propiedad de los políticos que cuales señores feudales creen que deben recolectar tributos entre los vasallos y hacer lo que ellos quieran. Ahora se debe dar cuenta de qué se hace con los ingresos fiscales en forma transparente y humilde, y una buena forma de partir la nueva reforma es comprometerse con mas Estado, pero eficiente y efectivo.