El debate tributario, como el previsional, está lleno de slogans ideológicos, eso es soportable, lo que no lo es, es que una ministra de Estado, como la ministra Jara, utilice las cifras a su antojo para querer demostrar que el proyecto presentado por el gobierno es el mejor.
La ministra Jara se ha paseado por los medios, sin ser rebatida, señalando de que el sistema actual es malo, tan malo de que hay pensiones de $40.000, La cifra es la correcta, pero lo que se le olvida mencionar, es que dicha cifra corresponde a una trabajadora que cotizó durante un año.
Recordemos que el sistema previsional actual es de cotización individual, es decir, que lo obtenga de cotización, corresponderá a lo que la persona haya cotizado durante su vida laboral. En este sentido, las cifras disponibles en la web Superintendencia de Pensiones, órgano del Estado y con un superintendente nombrado por el Presidente Boric, página que la ministra podría revisar sin problema desde su computador o celular, nos dicen que en enero la cotización de una persona que ha cotizado durante 40 años de vida laboral o más, reciben en promedio una cotización en el caso de los hombres de 22,25 UF, equivalente a $791.000 y en el caso de las mujeres 21,23 UF, equivalente a $755.000.
La otra mentira señalada por la ministra es que los montos de AFP los tienen los grandes empresarios, pero la verdad es el 21% de los montos de las AFP, se encuentran invertidos en bonos de Tesorería General de la República, es decir, en bonos del Estado, después vienen los bancos.
Respecto a la compra de acciones, es necesario aclarar que estas se producen en el mercado secundario, es decir, cuando uno compra una acción, no le está comprando directamente a Banco de Chile, propiedad de Luksic, sino que le está comprando a otro inversionista que tiene esa acción del Banco de Chile. Para que se produzcan una compra directa al Banco Chile, es necesario que el mismo Banco, emita nuevas acciones producto, por ejemplo, de un aumento de capital.
En ese sentido, los retiros perjudicaron enormemente a todos los cotizantes, y no solo en el tema inflacionario, sino que, en sus ahorros para jubilación, ya que al hacer que las AFP dispusieran en un plazo de 10 días el dinero, hizo que estas salieran a vender rápido sus acciones y, por lo tanto, más barato. Esto provocó que personas que tenían los recursos se hicieran más ricos.
El sistema actual de pensiones tiene incentivos buenos para que los controladores de las administradoras de fondos de pensiones hagan bien su trabajo, como el denominado fondo espejo, por el cual los dueños de las AFP, tienen sus inversiones en los mismos fondos que los trabajadores.
Respecto al sistema que está promoviendo el gobierno, es cosa de mirar qué pasa con el modelo de sistema de pensiones, no solo en Argentina, donde el gobierno expropió los fondos de las cuentas individuales, sino también lo que ocurre con el modelo a implementar en Francia, España, Portugal y Grecia, por señalar algunos ejemplos donde el sistema está quebrado.
Para tener mejores pensiones, debemos mejorar el mercado laboral y los sueldos de los trabajadores, lo que conlleva políticas pro crecimiento, lo que lamentablemente está ausente en el debate como la honestidad intelectual.
Lamentablemente, en esta desinformación han ayudado Fundaciones instrumentales como la Fundación Sol, que tiene datos más oscuros que brillantes. El sistema requiere ser mejorado, pero para ello es necesario un debate con altura de mira, y no lleno de mentiras, pensando que las personas son estúpidas, como ocurrió con la discusión constitucional y el proyecto de la convención.
Finalmente, como señalaba Aristófanes: «La juventud pasa. La inmadurez se supera, la ignorancia se cura con la educación, y la embriaguez con sobriedad, pero la estupidez dura para siempre».