Se cumple el primer año del gobierno del Presidente Boric. Un período marcado por altas expectativas de la ciudadanía que no se han cumplido. La razón de esto es evidente: si bien para todos los gobiernos es complicado el primer año de instalación, para la actual administración ha sido particularmente difícil, tanto por errores no forzados, como por la falta de experiencia de la mayoría del elenco que asumió funciones de Estado.
Esa inexperiencia quedó demostrada cuatro días después de asumir, en uno de los primeros hitos que intentó marcar el Ejecutivo con la fallida visita a Temucuicui de la recién estrenada Ministra del Interior, Izkia Siches, lugar al que no pudo ingresar y fue expulsada a balazos, en un hecho que empañó el inicio del gobierno.
Ese episodio fue tan significativo, que el Presidente Boric se demoró 7 meses en visitar La Araucanía tras lo ocurrido, siendo que el terrorismo y crimen organizado que afecta a la Macrozona Sur es uno de los problemas más graves que enfrenta el país.
Pero su visita implicó un giro en esta materia, ya que por primera vez el Mandatario reconoció que la violencia que se registra en esta parte del país son “actos terroristas”. Además, no es menor que La Moneda haya cambiado de opinión y accediera a mantener el Estado de Excepción en la Macrozona Sur, y también que en este período se haya logrado la detención del cabecilla de la CAM, su hijo, y otros miembros de las orgánicas radicales.
Con todo, en el balance de este primer año, el Gobierno, como administrador del Estado, se mantiene en deuda con La Araucanía, ya que los ataques terroristas a personas y bienes no se detienen (de hecho, se han formado nuevas orgánicas radicales) y porque el problema de fondo no son sólo las tierras, como lo sigue asumiendo el Gobierno, sino que es más profundo, y tiene que ver con el crimen organizado vinculado al narcotráfico, usurpaciones, robo de madera y animales, destrucción de predios y cosechas, y este verano, incendios intencionales que provocaron un enorme daño.
Si el Gobierno no cambia el enfoque con el que busca hacerse cargo del problema, no se logrará avanzar en soluciones efectivas. Para eso es primordial que exista una estrategia para enfrentar con fuerza el terrorismo y el crimen organizado y se le dé prioridad a los proyectos de ley en materia de seguridad que siguen entrampados en el Congreso, como la modernización de la Ley Antiterrorista, la propuesta para perfeccionar el actual sistema de inteligencia, la iniciativa para sancionar con cárcel las usurpaciones y aumentar las penas por la quema de iglesias y escuelas, algunas de las cuales he impulsado.
Se acabó el momento de la instalación y este segundo año debe ser el de la realización y el cumplimiento de los compromisos adquiridos con una región muy golpeada y abandonada por el Estado.