Después de casi 2 años de instalados los Gobernadores Regionales conviene revisar qué ha ocurrido con los fondos entregados para invertir.
Con los datos que publica Dipres poco se puede hacer para medir realmente la eficiencia del gasto y el impacto que las decisiones de inversión están teniendo o tendrán en el futuro. No hay forma. Hasta ahora el único indicador conocido, y al cual se le saca lustre, es quien gasta más del presupuesto, comparando el presupuesto vigente con la ejecución acumulada. Es de esos indicadores de gestión que no miden nada y que incluso puede ser “mejorados” por la vía de no incluir los ingresos extras dejándolos en la cuenta de caja final.
Los fondos entregados a las regiones consideran aquellos provenientes del FNDR, del FAR (Espejo Transantiago) y varios otros a los cuales se postula, u otros provenientes de leyes especificas, como por ejemplo lo recaudado por los casinos de juego.
El año 2022 las regiones recibieron para invertir en proyectos propios un billón trescientos treinta y cuatro mil millones de pesos (1,33 billones) casi 2% de lo que el presupuesto original tenia programado. Lo interesante es que hubo regiones que recibieron mas que lo que la ley de presupuestos originalmente les había asignado y otras bastante menos. Vamos por parte.
Entre las regiones “ganadoras” está Magallanes con un aumento de 43%, Arica con 33% y Bío Bío con 31%. En monto, el ranking lo lidera Magallanes con $29.740 millones extras, Bío Bío con $28.900 millones y Los Lagos con $17.900 millones. Entre las “perdedoras” se encuentra Los Ríos con una caída de 24%, secundada por Maule, Atacama y Coquimbo, todas con caídas del 19%. En monto, las bajas están lideradas por Maule con -$17.950 millones, seguida por Atacama y Coquimbo con algo mas de -$14.000 millones cada una.
Respecto al gasto propiamente tal, casi todas han manifestado que han sido muy eficientes en gastar todo lo que le han entregado, pero en términos prácticos, al comparar el gasto ejecutado respecto al monto total de recursos disponibles (recibido más la caja inicial) y sin saber la fecha de llegada de los fondos, los peor evaluados son Magallanes con cerca de un 70%, seguido por Antofagasta con 73% y Bío Bío con 83%. Nada muy lejos del promedio de 90% logrado por todas las regiones. En términos de monto, a las regiones que mas dinero les “sobró”, Magallanes lidera con 32.480 millones, Antofagasta con 27.178 millones y Bío Bío con 22.756 millones.
Cabe preguntarse en qué están gastando o invirtiendo los fondos las regiones. Aquí existe claramente un cambio notorio respecto a los años anteriores en que el presupuesto de asignación regional era manejado por el representante del poder central. Las iniciativas de inversión (glosa 31) en los últimos 4 años representaron un 47,4% del gasto total, el 2022 cayeron al 34,1%. Estos datos no consideran aportes a instituciones del Estado como Serviu u otros que están efectuando inversiones. Respecto a los aportes a los Municipios en dineros para PMB, FRIL etc. el promedio hasta el 2020 era cercano al 10%, este año 2022 cayó a 5,8%.
Por otro lado, los recursos entregados al sector privado totalizaron este año 297 mil millones, un 207% de aumento respecto al año 2021. Y mientras el promedio de los últimos 4 años el % entregado a privados alcanzaba el 6,4% del gasto total, este año se alcanzó un 23,4%. Las cifras de entrega a instituciones privadas como Universidades, Fundaciones, Corporaciones, etc es liderada en términos absolutos por Bío Bío con 50.702 millones, cerca de un 47% del gasto ejecutado el año 2022 por esa región. Le siguen Araucanía con 45.340 millones (29%) y Metropolitana con 37.700 millones (27,5%).
Esto puede tener varias lecturas, desde la necesidad de actualizar los proyectos públicos de inversión a valores actuales; limpiar la base de proyectos dejando aquellos realmente necesarios, pasando por asegurar el uso de recursos en inversiones asociadas a la estrategia de desarrollo que la región ha establecido. O bien, no existen proyectos y el dinero se entrega a los privados para proyectos incluso a 2 o 3 años como una forma de cumplir con las metas de gasto. Por cierto es preocupante que los Municipios reciban tan poco y que estén desapareciendo de la estructura de financiamiento desde los gobiernos regionales, como también debe llamar la atención el traspaso tan relevante de recursos a proyectos que no necesariamente tienen medición avanzada de los efectos que generará en la región o su impacto en empleo futuro.
Por último, llama la atención que aún con leyes y autoridades nuevas, el poder lo siga teniendo el Ministro de Hacienda y Dipres. Hay regiones que vieron disminuidos sus ingresos lo cual no debería seguir ocurriendo y peor aún, hay regiones a las cuales se les rebajaron los ingresos del FAR (Espejo del Transantiago) a pesar que dichos fondos se reparten con un polinomio como el usado en el FNDR. Si esos Gobernadores no reclaman, poco y nada se puede hacer.
Los datos, que son públicos, deberían generar un llamado de atención. Los Gores repartiendo dinero así como lo están haciendo, a una gran cantidad de instituciones privadas sean estas Universidades, fundaciones o corporaciones, para todo tipo de estudios y evaluaciones, requiere un sistema de control que hoy no existe y que puede transformarse en un problema de difícil solución. Y, más necesario que nunca, deben establecerse índices de gestión de mucho mejor calidad que la simple velocidad a la cual se hacen los cheques en cada región.