CONTEXTO | Agencia UNO

Crimen organizado y narcotráfico

14 febrero 2023 | 23:02

Dada la actualidad que estamos enfrentando en materia delictual, nos parece pertinente destacar algunos puntos que plantea Jorge Melguizo, asesor en materias de seguridad y uno de los líderes del Plan Medellín, implementado en Colombia, donde se logró disminuir las muertes violentas en un 96,7%, en los últimos 30 años.

El experto señala tres aprendizajes del actuar del narcotráfico. En primer lugar, los Narcos cuando llegan a un territorio con el fin de garantizar su operación invierten y lo hacen bien, disponiendo sin límite los recursos necesarios para cooptar a la comunidad y garantizar el control del entorno por distintas vías. Llenan los espacios que el Estado ha dejado abandonados, brindan oportunidades económicas y reclutan a niños y jóvenes en sus organizaciones e incluso a adultos mayores, los que generalmente participan como custodio de mercadería o como vigilante.

En segundo lugar, los narcotraficantes capturan la voluntad de aquellos que son claves para una operación sin contratiempos, es el espacio de la corrupción en que poco importa si hay o no consentimiento, para ello opera la fuerza. Y, en tercer lugar, son capaces de funcionar en carteles porque logran articularse para trabajar organizada y especializadamente, lo que rara vez vemos en la relación entre el Estado y la sociedad civil.

Durante los últimos meses hemos visto cómo se ha incrementado la participación de niños y jóvenes en delitos de mayor violencia, la exclusión escolar, el consumo de drogas y alcohol, las listas de espera en materia de salud mental y las brechas de cobertura y de calidad en la oferta en el Servicio de Protección.

Sin embargo, aun frente a este escenario, la respuesta del Estado no ha sido oportuna ni mucho menos completa. Y a pesar de la existencia de un diseño institucional para la implementación de la Ley de Garantías y de Protección a la Infancia, en la práctica no se ha materializado y subsisten los déficits históricos en materia de oferta pública preventiva y con evidencia para disminuir los factores de riesgo que afectan a la niñez. La velocidad del crimen organizado supera ampliamente a la capacidad del Estado para llegar antes y prevenir el inicio de trayectorias delictivas desde la primera infancia.

Así como el Plan Medellín -que pone foco en una estrategia integral en materia social, cultural, de convivencia y seguridad- existen otras iniciativas y modelos ampliamente probados internacionalmente como el “Comunidades que se Cuidan” de la Universidad de Washington, implementado en Chile desde el 2014 por la fundación San Carlos de Maipo.

Este modelo trabaja en la prevención de aquellas conductas problemáticas que afectan a la niñez, como el consumo de drogas, la violencia y la exclusión escolar, creando un Consejo Comunitario con los líderes locales que se preocupa de realizar programas y estrategias con evidencia. De hecho, estudios recientes demuestran que cada dólar invertido hoy en “Comunidades que se Cuidan” retorna más de 15 dólares en ahorro en el sistema penitenciario y de salud.

Por lo tanto, si queremos avanzar en abordar las causas a la base de la inseguridad y de la delincuencia, tenemos que hacerlo con evidencia, eficiencia y oportunidad. El Estado debe invertir y de manera significativa en aquello que funciona, articularse con la sociedad civil para que finalmente, los que lo hagan, no solo sean quienes lideran el “Crimen Organizado”. Dejemos de llegar Tarde.

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