Por estos días se cumplen 3 años desde que el Covid-19 fue descubierto en China, se expandió por el mundo entero y se transformó en la mayor pandemia del último siglo.
Tuvo un costo enorme en vidas humanas y también ha generado disrupciones en la economía, la que sufrió la paralización casi completa de algunos sectores. A nivel macroeconómico, las políticas fiscales y monetarias expansivas y shocks en las cadenas de producción tuvieron como consecuencia el regreso de la inflación, un problema que parecía olvidado en la mayor parte del mundo desarrollado. ¿Cuánta de esta disrupción será permanente?
Algunas noticias en las últimas semanas sugieren que los efectos tendrán un carácter más bien transitorio y que la economía poscovid tendrá más semejanzas que diferencias con el período anterior. A nivel global, la inflación parece estar reduciéndose a una velocidad mayor a lo anticipado y los sectores de la actividad económica más afectados han vuelto a niveles de actividad prepandemia.
Por otra parte, las predicciones más extremas sobre el impacto de la digitalización y la automatización sobre la creación de empleo no se han cumplido, de hecho un artículo de “The Economist”, señala que es difícil encontrar evidencia de que la el uso de la tecnología haya llevado a una destrucción del empleo. Es más, en los países más ricos existe un alto número de puestos de trabajo sin llenar, precisamente en aquellos cargos que se anticipaba serían más golpeados por estas tendencias.
Sin embargo, existe bastante evidencia que sugiere que algunos cambios tendrán un carácter más permanente. Datos para EE.UU. indican que al año 2022 los viajes a las oficinas fueron un 28% menor a los niveles prepandemia, lo que indica que el teletrabajo, si bien no a los niveles vistos el año 2020, se ha transformado en una realidad permanente en un gran número de empresas.
Es evidente también que la pandemia aceleró la tendencia hacia la digitalización y a cambios estructurales en la distribución y comercialización de productos. Existen, además, otros aspectos cuyos efectos los observaremos en el largo plazo. La pandemia y sus medidas de mitigación tuvieron un impacto indudable sobre la percepción de las generaciones más jóvenes acerca de la eficiencia y confianza sobre las instituciones públicas. No es casualidad que en todo el mundo se observe un avance de los liderazgos populistas. Por otra parte, el impacto de la pandemia en el mundo de la educación lleva a que generaciones completas tengan vacíos importantes en su formación, lo que impactará negativamente sobre su desarrollo futuro.