Hace un tiempo el Subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei) mencionó que el TPP11 generaría solo beneficios marginales ya que de las 2930 líneas arancelarias que tendrían ciertas ventajas, solo 1028 productos entrarían con mejores beneficios que los que ya tenemos con los acuerdos comerciales bilaterales.
Solicité al Subsecretario, vía ley de la transparencia, los cálculos que permitieran demostrar esto de “beneficios marginales”, ya que obviamente una autoridad que realiza declaraciones de este tipo debe ser capaz de demostrarlas.
Su respuesta explica que para dichos cálculos (No venia ninguno) utilizaron dos metodologías. La primera que considera la actual oferta a los países miembros del acuerdo, y establece los productos o servicios que tendrían alguna ventaja arancelaria mayor y distinta a los tratados bilaterales que ya existían. Eso lo traduce en 444 productos de un total de 1228.
La segunda formula, establece el potencial que existiría. Es decir, productos donde no tenemos ventajas arancelarias y que al tenerlas podríamos aumentar las ventas. Su dato considera 230 productos de un total de 1228.
Hasta ahí no da muchas luces de que esto sea algo marginal y la verdad es que no existe evidencia de cómo podría determinarse esto, a pesar de la existencia de algunos papers que se usan como referencia.
Lo que, sí existe, es evidencia de cómo se han comportado nuestras exportaciones en el tiempo y cómo la apertura de nuestra economía ha generado un incremento notable en casi todos los indicadores económicos de Chile.
Se espera que el año 2022 Chile exporte algo menos de 100 mil millones de dólares. Una cifra muy relevante considerando que el año 1970 Chile exportaba cerca de 1100 millones de dólares, principalmente cobre (75%). 50 empresas exportaban 200 productos a 31 mercados, siendo el principal destino (60%) la Unión Europea. Ya el año 90 las cifras habían aumentado a 8600 millones anuales, con casi 2800 productos enviados a 122 mercados por parte de 2300 exportadores.
Hasta el año 90 contribuyeron a este incremento del comercio exterior, la apertura de nuestra economía para atraer inversiones, la eliminación de restricciones no arancelarias y la rebaja de aranceles que a diciembre del año 73 era de 94%. Y desde el año 90 se produjo el gran salto y fueron los acuerdos y tratados los que contribuyeron al éxito de nuestros productos en el exterior. Partieron los de complementación económica con Bolivia, Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, además de Mercosur, y paralelamente acuerdos con México y Canadá para posteriormente ampliar estos a la Unión Europa, Estados Unidos y los países de Asia Pacifico, lo que se han convertido en nuestros principales socios comerciales.
Hoy más de 7000 empresas exportan a 194 mercados y más del 95% de nuestras exportaciones van a países con los cuales tenemos acuerdos comerciales vigentes. Si bien el cobre sigue explicando cerca del 50% de las ventas al exterior, existe una larga lista de productos que han adquirido cada vez más relevancia. Hoy el litio explica buena parte del incremento de exportaciones del 2022, pero desde la década del 90 hemos visto como han crecido las ventas de productos industriales desde alimentos -como carne de cerdo y pollo- pasando por vino embotellado y salmón que han consolidado una posición relevante de Chile en el mundo.
Un ejemplo notable de los últimos años lo constituye la cereza, que de 100 millones de dólares exportados el año 2010, se espera llegar a casi 1800 millones el 2022. En ese periodo pasamos de ser un actor medio de ese mercado a ser el principal productor del mundo.
Nada de lo que ha ocurrido en el comercio exterior chileno podría catalogarse de resultados marginales, y más bien, los datos demuestran que cada decisión en este ámbito ha significado una mejora en la posición que tenemos en el comercio internacional. Es difícil catalogar hoy los resultados que se obtendrán con el TPP11, a nivel de comercio, y menos aún poder estimar lo que la apertura a nuevos mercados puede lograr. No es posible ver, en una simple lectura, lo que están pensando empresarios y emprendedores respecto a las oportunidades que se abren en cada mercado o en cada producto.
Desde los 80 que se han escuchado detractores a cualquier tratado, pero nunca vimos autoridades que trataran de aportillar al desarrollo del país. No sé si es razonable tener en este cargo de subsecretario a alguien tan poco entusiasta con el comercio exterior, la apertura de la economía y los tratados de libre comercio. Con 32 acuerdos de distinta índole y varios en negociación, el país requiere a alguien positivo y entusiasta con el comercio exterior, que realmente incentive a los empresarios a aprovechar las oportunidades que se abren, y no que considere a tan relevante acuerdo. como el TPP11 al que muchos quieren ingresar, como algo de beneficio marginal para nuestro país.