Debo confesar que antes de que el Presidente usara el término “Cherry picking” no sabía qué es lo que era, pero básicamente significa seleccionar argumentos convenientemente para dar una sensación y, gracias a Dios, en economía las cifras no mienten, por lo que esta expresión no sería aplicable. Lo malo es que existe un consenso respecto a que la crisis económica llegó y eso no es una sensación.
Hace varios meses se venía anunciando un panorama de disminución de crecimiento para el país, lo que, sumado a una alta inflación, incertidumbre económica y fuga de capitales, constituía un desastre anunciado. Lamentablemente fue ignorado y lo peor de todo es que no se ve a la vista un plan para abordar la crisis económica que ha llegado.
Hay situaciones que son impredecibles -como un terremoto- y para las que uno no está preparado, pero hay otras más predecibles, como los comportamientos de capitales y ciclos económicos. No obstante, pese a lo predecible y a que se conocían las consecuencias de los retiros de las AFP, estos se promovieron igual.
Recordemos también que la alta inflación no fue algo caído del cielo, ni un castigo divino, sino que fue provocado y esto ha llevado a que las familias pierdan poder adquisitivo, se vayan empobreciendo, y también ha llevado a que el Banco Central suba la tasa de interés, que ha llevado a que la recesión económica fuera más posible, con el riesgo del desempleo y haciendo crujir más el presupuesto de aquellas familias que están endeudadas a tasas de interés variables.
Aunque se trate de vender la idea de que el resto del mundo está igual y que es algo que viene de afuera, no podemos olvidar que dos tercios de la inflación fueron causados por el exceso de dinero puesto en el mercado durante 2020 y 2021. Pese a esto se promovieron de igual forma las medidas causantes de esta situación y que nos arrastraron a la situación actual. En otras palabras, nuestro empobrecimiento actual es consecuencia del comportamiento de ayer.
Lo mejor para las familias y para quienes más lo necesitan, es que se acepte la actual situación lo más pronto posible y que los diversos actores de la economía actúen en conjunto.
Lamentablemente las personas están recurriendo a sus ahorros para enfrentar esta crisis, como se conoció la semana pasada con el dato de un déficit de un 8,5% de cuenta corriente. En pocas palabras quiere decir que las personas están gastando un 8,5% más de sus ingresos.
Como se venía anunciando también, llegó la Estanflación, que es un bajo crecimiento y una alta inflación. “Es lo peor de los dos mundos”, y para luchar contra la estanflación se requiere de una estrategia integrada y coordinada con reformas microeconómicas con miras a mejorar la eficiencia. Medidas consistentes en cambios estructurales e institucionales y medidas que restablezcan de manera duradera el ritmo de crecimiento de la productividad.
Se requiere recapacitar y adoptar medidas lo antes posible, pues existe un problema adicional que causa bajo o nulo crecimiento y que afecta no sólo el presente, sino que también el futuro de las personas, ya que sin trabajo o sin la posibilidad de mejorar sus ingresos, a la larga las pensiones de los trabajadores serán más bajas y esto condenará a más personas a la pobreza.