El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde, advertía Gabriela Mistral 70 años atrás. Los grandes espíritus suelen dejar frases que permanecen en el tiempo y le hablan a las futuras generaciones, esas que, orgullosas de sí mismas, no ven en la tradición cultural más que piezas de museo.

Gabriela nos habla con especial fuerza hoy, cuando el debate constitucional se ha centrado en la economía, la salud, en innumerables derechos sociales que parecen ser más urgentes. La educación ha quedado relegada quizá porque sus efectos no parecen inmediatos.

El individualismo ha sedimentado en el alma chilena. Los hijos pasan a ser “otros”. Resultado previsible a la luz de la progresiva desvalorización de la familia, que pasa a ser un microcosmos de esta sociedad en la que el “yo” prevalece sobre el “nosotros”.

El futuro de los niños es hoy. Es urgente que el debate constitucional dé cabida a la educación. Pensar en ella es un deber para una generación dividida, en la que cada uno se mira a sí mismo y no da cabida al futuro de los hijos.

¿Qué hablar de educación? La lista de temas relevantes es enorme, pero revisemos un aspecto para no dejar nuestras ideas en abstracto:

La propuesta no reconoce un derecho que los grandes acuerdos internacionales sí incorporan, para prevenir el adoctrinamiento estatal. Nace este principio luego de los totalitarismos que golpearon el siglo XX, tanto de signo fascista como colectivista. Es el derecho de la sociedad civil para crear y mantener proyectos educativos no estatales. La ausencia de este derecho es una sombra que abre muchas inquietudes. Los colegios particulares, subvencionados y pagados, tienen aquí una interrogante sobre su existencia futura y el modo en que existirían.

Este es sólo un aspecto cuestionable. Lo citamos para estimular la lectura del articulado completo.

Los niños no son “otros”. No se dice “mi hijo” de la misma forma en que se dice “mi plata”, “mi casa” o “mi nacionalidad”.

El futuro de los niños es hoy. No podemos eludir el debate sobre educación. Recomiendo partir por leer la propuesta de educación. Son sólo nueve artículos, desde el final de la página 14 hasta el comienzo de la página 18. Los niños agradecerán mañana que pensemos esto hoy.

Felipe Varela V, director de Mi Derecho a Educar.

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