La crisis climática mundial es una temática que en Desert King nos ha ocupado desde hace décadas y, desde ese lugar, hemos contribuido impulsando los cultivos del árbol de Quillay en distintas zonas de nuestro país.
¿Y por qué el Quillay? Porque este árbol ha demostrado que contribuye a aumentar la riqueza de los suelos y a la mitigación de los efectos del cambio climático, al tratarse de una especie endémica y nativa en Chile que posee beneficios ecosistémicos, como la renovación de bosques y la presencia de fauna permanente.
Además, no requiere ni un alto ni permanente uso de pesticidas, enriqueciendo el sector forestal siendo una real opción para que las pymes puedan ampliar sus alternativas de producción.
Adicionalmente, la floración del Quillay es altamente atractiva para las abejas, por lo tanto, además de promover el desarrollo de la apicultura, permite dar continuidad al ciclo de la vida a través de la polinización.
Es así como las múltiples cualidades que posee el árbol de Quillay, lo convierten en una real alternativa a la plantación de las especies exóticas como pino, eucaliptus e incluso a los paltos, cuyo alto consumo de agua de riego no permite su cultivo en zonas de escasez hídrica, pero sí el de una especie mediterránea esclerófila mucho mejor adaptada a la zona central del país.
En Desert King exploramos día a día, incansablemente, para encontrar nuevos usos del árbol del Quillay y, de esta manera, contribuir a la elaboración de productos que beneficien al planeta y a las personas. Es así como hemos aportado al desarrollo de una de las vacunas contra el covid-19 que ha sido aprobada en la Unión Europea.
Invitamos a los productores chilenos a que integren al Quillay en sus modelos de producción, permitiendo a las pymes obtener rentabilidades competitivas con otros usos, con una especie nativa en equilibrio con el medio y la comunidad; y promover un cambio factible en las futuras plantaciones forestales.
Andrés González, gerente general de Desert King Chile.