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Conceptualizar la Reforma Tributaria: manifiesto tributario

05 julio 2022 | 16:13

I. Universalidad y focalización

Ad portas de la discusión de una nueva reforma tributaria, pensaba que muy poco se ha discutido sobre la conceptualización tributaria y de gasto del Estado.

El Gobierno planteó para su reforma tributaria una lógica de recaudación donde la gran mayoría de la población continuaría eximida de impuestos a la renta, aumentando como contrapartida las tasas impositivas a los más ricos: “recaudación focalizada”. En tanto, este Gobierno es propulsor de derechos sociales universales, lo que llamaríamos “gasto universal”.

Por otro lado, muchas voces de sectores más liberales promueven una “recaudación universal”, donde casi todos aportan con impuesto a la renta, aunque en distinta magnitud en la ejecución, proponen apuntar con políticas sociales a los grupos más desposeídos, lo que denominaríamos “gasto focalizado”.

Es decir, existen posturas inversas respecto de la combinación de universalidad y focalización entre la recaudación y el gasto respectivamente.

Obviamente en la práctica no se trata de modelos puros, pueden ser modelos híbridos (por ejemplo, una recaudación con elementos universales y otros focalizados), pero, a grandes rasgos, esta es la base estructurante de los modelos.

Otro elemento que me parece importante poner sobre la mesa, es que los países nórdicos (a los que tanto se recurre en la discusión), en términos conceptuales no siguen ninguno de los dos modelos en discusión en Chile. Más bien su lógica es “recaudación universal” y “gasto universal”.

La verdad es que todos los modelos parecen ser válidos, unos mejores que otros, pero probablemente el desempeño tendrá mucho más que ver con la calidad de la implementación que con la elección de modelo. A pesar de lo anterior, sin duda, esta discusión conceptual –tipo de modelos- no se puede ignorar, debiendo evitarse consignas baratas, como calificar de “neoliberal” toda propuesta (algo que suele suceder, por ejemplo, al discutir las políticas educativas).

II. Legitimidad social tributaria

Otro tema relevante en la discusión, es que un sector importante pone mucho énfasis en la brecha de recaudación de Chile en relación a los países de la OCDE, en lo que respecta al porcentaje del PIB que se recauda. Pero la respuesta de la contraparte no tarda: “Ellos pagan más impuestos, pero a cambio tienen buenos servicios del Estado. Aquí me quieren cobrar lo mismo, pero ofrecer mucho menos”. Se acostumbra a hablar del “Estándar OCDE” respecto a la recaudación tributaria, pero se ignora el “Estándar OCDE” respecto a los servicios que el Estado entrega a los ciudadanos.

La verdad, es que para que la tributación tenga legitimidad social, no se puede separar la discusión de la recaudación de la del gasto. La necesaria modernización del Estado, que la clase política ha ignorado en forma olímpica, está muy ligada con la reforma tributaria: recaudación y gasto.

En este punto en particular, el Gobierno plantea que el Estado de Chile recaude US$ 12 mil millones adicionales al año ¿Cuánto adicional podría disponer el Gobierno en gasto social, mediante la eficiencia del gasto? Un adecuado abordaje de este problema permitiría aumentar el gasto social más allá del incremento en la recaudación. Sin este esfuerzo, el Gobierno se encuentra en una posición muy cómoda, desde la cual pide una y otra vez, sin poner esfuerzo de su parte.

Ocurre algo similar al caso de una negociación salarial: cuando un empleado solicita un aumento de sueldo, el empleador suele también poner sus exigencias (nuevas responsabilidades), ¿qué mejor momento para exigirle al Estado eficiencia, que cuando se aumenta la carga tributaria? Recordemos que se trata de un Estado que ha crecido por 13 en los últimos 30 años y nunca ha recortado grasa en forma profunda (¿Qué organización puede crecer 13 veces sin generar grasa en dicho crecimiento?).

III. Fines y medios

A diferencia de lo que algunos parecen creer, los impuestos son un medio, no un fin en sí mismo. Es más, el Estado es un medio (muy necesario, por cierto) y no un fin. Es muy importante tener en cuenta esto en el contexto de una discusión tributaria. La pregunta no se puede limitar a un ¿Cuánto recaudo?, también deben considerarse ¿Cómo recaudo? ¿Para qué recaudo? ¿Qué tan eficiente soy con lo que recaudo? Abordar parcialmente el problema, realizando sólo algunas de estas preguntas, es, sin duda, uno de los motivos porque al país le cuesta caminar a paso firme hacia el desarrollo.

IV. Regionalización

¿Nos atreveremos a discutir impuestos diferidos territorialmente para fomentar una real descentralización del país?

Cuando se entiende que los tributos y la recaudación son un medio y no un fin, se puede entender que como herramienta pueden aportar en otras necesidades de la nación, por ejemplo, en la redistribución territorial. Probablemente nada sería más eficiente para la descentralización de población, capital cultural y servicios que tasas tributarias más bajas en regiones respecto a Santiago.

V. Frecuencia

En Chile estamos discutiendo sobre reformas tributarias con demasiada frecuencia. Los usuarios no terminan de comprender una, cuando ya está se está discutiendo la siguiente. Resulta un agobio para las PYMES actualizar conocimientos tributarios cada 8 años. Por otro lado, se invita al inversionista extranjero a invertir, pero sin otorgar garantías respecto de cuáles serán las reglas en 8 años más ¿Cuánto inhibe la decisión de invertir en Chile esta situación? Es importante hacer las cosas bien, una vez, con gradualidad en la implementación y con estabilidad: no estar continuamente revisando la tributación en ciclos cortos.

VI. Manifiesto

Una buena parte de los chilenos estamos dispuestos a un incremento de impuestos, en la medida que: (i) tengamos una conceptualización clara de qué tipo de tributación se implementará; (ii) la reforma esté bien hecha (no como la de 2015) y sea sencilla para los usuarios; (iii) La reforma venga aparejada con una real modernización del Estado; (iv) Los impuestos se entiendan como un medio y no como un fin; (v) Se mejoren los servicios públicos; y, (vi) Se garantice la estabilidad de las políticas tributarias durante un tiempo razonable.

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