Mientras la Unión Europea ha ido aumentando progresivamente las sanciones económicas a Rusia —que prohibirán las importaciones de carbón ruso a partir de agosto—, y que además consideran la reducción de importaciones de petróleo crudo y gas natural, Putin parece adelantarse a la jugada, cortando el suministro de gas a Bulgaria y Polonia por negarse a pagar en rublos rusos.
La estrategia de Putin considera diversificar las exportaciones a otros mercados, entregando grandes descuentos, siendo él, finalmente, quien termine de imponer las sanciones a Occidente.
Hace unos días, durante la conferencia de Raisina Dialogue en India, mientras la presidenta de la Comisión Europea Úrsula Von Der Leyen persuadía a India respecto de su postura ante la contingencia bélica en Ucrania, el ministro de RREE sostuvo que India debe sentirse segura respecto de quiénes son, argumentando que es mejor para India acoplarse al mundo sobre la base de quienes son y no como otros países quieren que India sea.
“Esta idea, de que otros países nos definan, de que tengamos que obtener la aprobación de otros, creo que es una época que debemos dejar atrás” —señaló el ministro Jaishankar— en una clara alusión a la Unión Europea y EEUU.
India confía en trazar su propio derrotero, fortaleciendo las relaciones con Rusia, pese a que las sanciones occidentales pudieran traer un efecto colateral al tigre asiático. La estrategia india optó por la compra de petróleo crudo (junto a China y otros países) con grandes descuentos a la empresa rusa Rosneft, misma empresa que opera la segunda refinería privada más grande de India.
En tal sentido, India se encuentra negociando un acuerdo con Rusia para comprar 20 mil millones de barriles de crudo a precio de descuento, según informó la cancillería india.
Pese a los grandes esfuerzos por desarrollar y abastecerse de energías renovables, la vieja Europa funciona en gran parte con la utilización de combustibles fósiles. Según Eurostat, la oficina de estadísticas oficiales de la Unión Europea, un tercio del uso total de energía proviene del petróleo, y Rusia provee un 23% de esa cantidad.
Asimismo, un cuarto del suministro energético europeo proviene del gas natural, en donde Rusia exporta a Europa un 85% mediante gasoductos y un 50% de gas natural licuado. En cuanto a carbón, representa un 10% del uso total de energía de la Unión Europea, en donde Rusia solo abastecía un sexto de este mineral a la Unión Europea.
Si Putin se adelanta a las potenciales sanciones que impondrá la Unión Europea, y corta la llave del gas a más países, desencadenará una grave crisis en el viejo continente, puesto que la mayoría de los países poseen reservas para dos o tres meses más; particularmente Alemania e Italia —los principales compradores de gas natural ruso— importan todo el suministro a través de estos gasoductos, y podrían entrar en una recesión económica, puesto que su industria no podría operar al ritmo usual.