La llegada del presidente Gabriel Boric como vecino y residente, renovó el interés y la popularidad del histórico Barrio Yungay. Esto nos permite hacer un llamado de atención sobre las principales amenazas y riesgo de desastres a las que están expuestas hoy las familias, comerciantes y ahora también el primer mandatario.
Entre el 2016 y el 2022 en la zona típica de Yungay ocurrieron cerca de 24 incendios estructurales, provocando que 590 personas pierdan sus hogares y/o sufran daño físico.
Según datos entregados por Bomberos de Chile, además, 80 edificios históricos tienen daños irreparables después de haberse incendiado. A esto se suma, que desde el terremoto de 2010 o después de incendios desastrosos, no han sido reparados. Estos igualmente se han vuelto a utilizar fomentando el hacinamiento y convirtiéndose en lugares de alto riesgo de incendio.
Junto a los investigadores de la U. de Bristol y Minho, Tiago Ferreira y Pilar Baquedano –ambos especialistas en análisis de riesgo incendio de centros históricos urbanos–, la Junta de Vecinos del Barrio Yungay, el presidente de la Asociación de Barrios y Zonas patrimoniales del Consejo de Monumentos Nacionales, José Osorio, el Capitán Jorge García Sepúlveda de la 2da Compañía de Bomberos de Santiago “Esmeralda”, CENPUC y CIGIDEN, hemos elaborado un mapa de riesgo sísmico e incendio para el Barrio Yungay.
Este instrumento nos permite evaluar los riesgos a los que están expuestos las personas y los problemas de las edificaciones en esta zona patrimonial. En efecto, nuestros avances indican que la primera causa de ignición de incendios en Yungay es provocada por fallas eléctricas relacionadas al mal estado y sobrecarga de estas instalaciones, ya que el 79,5% de los edificios patrimoniales presenta un sistema eléctrico que no respeta la norma actual.
Los edificios patrimoniales del Barrio Yungay tienen estructuras históricas de fachadas continuas –con techos de maderas compartidos, ausencia de muros cortafuegos y falta de sistemas automáticos de detección, alarma y alerta–, lo que hace mucho más fácil la propagación de las llamas entre los edificios.
Por otro lado, el 73.1% de los residentes declara hacer uso de barras de alimentación y extensiones eléctricas no certificadas y el 51.2% dice hacer uso simultáneo de dos o más electrodomésticos de alto consumo, con la respectiva sobrecarga en el sistema eléctrico. En efecto, el alto grado de hacinamiento que caracteriza alrededor de 103 edificios patrimoniales en subarriendo, también influye en una sobrecarga de los sistemas eléctricos.
La investigación realizada hasta ahora indica, por otro lado, que los cités y los edificios de dos pisos, son las estructuras que presentan mayores dificultades para evacuar durante un incendio, puesto que sus vías de escape tienen un tamaño insuficiente para garantizar el acceso directo a los carros de bomberos y, una distancia mayor para la instalación de grifos en la vía pública.
Otro dato desconcertante que revela la investigación es la fiabilidad de los hidrantes de incendio, tanto en volumen, como presión del agua, ambos subdimensionados con respecto a los requisitos de seguridad que exige un edificio histórico con alta carga de combustible. En este sentido, hay un vacío legal asociado a las responsabilidades de las empresas distribuidoras de agua potable, en la mantención del sistema de grifos, ya que muchos no funcionan en caso de incendio.
El Barrio Yungay ha sido cuna y desarrollo de hombres, mujeres y familias que han liderado el desarrollo educacional, cultural, político e institucional del país. Esperamos seguir contando con el apoyo de los vecinos y organizaciones y ahora también sumar el interés de nuestro presidente, para el desarrollo de líneas guías para la Gestión y Reducción de riesgos del Barrio Yungay, lo que permitirá salvar vidas y también a nuestro patrimonio histórico.
Nuria Chara Palazzi, investigadora CIGIDEN y Centro del Patrimonio Cultural UC; José Rosas, académico UC e investigador Centro del Patrimonio Cultural UC.