Se cumplió 1 año desde que se aprobó en Chile la primera Ley de Eficiencia Energética, la cual promueve el uso racional y eficiente de los recursos energéticos para poder mejorar la calidad de vida y generar mayor competitividad económica y productiva, pero reduciendo el uso de la energía necesaria.
En su momento, el exministro de Energía, Juan Carlos Jobet, comentó que de aplicarse la energía de manera adecuada, se podría tener un ahorro del 10% de intensidad de uso energético, que equivale a US$ 15.200 millones al año, y una reducción de 208.6 toneladas de CO2, que equivale al recorrido de 15.8 millones de vehículos livianos, o la absorción de 1.8 hectáreas de bosque nativo. Estos temas, probablemente, serán importantes para el recién asumido gobierno.
En Chile, asoma el desafío de que la sociedad no solo entienda la importancia del uso de la energía renovable, sino que también comprenda la relevancia de la eficiencia de su uso. Dicha eficiencia muchas veces requiere de inversiones iniciales que se van recuperando en el largo plazo, como la aislación térmica en las casas. Pero muchas veces existen otras aplicaciones que, si bien son gratuitas, requieren mayoritariamente una conciencia social, tal como sería el uso prudente de luminaria, aire acondicionado u otros electrodomésticos de la vida cotidiana.
Para este tipo de aprendizajes es fundamental que organizaciones públicas y privadas tomen como objetivo el rol de educar a la población, así como promover instancias e iniciativas que les permitan a las personas tomar conciencia de esta realidad. A su vez, es relevante que las autoridades planteen políticas públicas que generen ciudades más sustentables.
Algunas de estas organizaciones se encuentran colaborando activamente con el proceso de transición hacia la electromovilidad, lo que se enlaza con la eficiencia energética, en el sentido de que este tipo de transporte usa más eficientemente la energía que los modelos a combustión.
Otro punto importante es que no sirve de nada tener un bajo impacto en la generación de energía si posteriormente esta misma será desperdiciada. Para esto, también hay que considerar la importancia de que la gente aprenda a manejar los vehículos eléctricos de manera eficiente, pudiendo sacarle partido a sus características, logrando un ahorro de energía importante.
A través del fortalecimiento de los canales de comunicación y la enseñanza de estas materias, nos podemos acercar a transformar la mentalidad de nuestra sociedad hacia una mucho más consciente, aunque todavía queda un largo camino por recorrer.
Ricardo Repenning, cofundador y gerente de tecnología de Reborn Electric Motors.