La carbono neutralidad a la que se comprometió el país para el año 2050, es una meta que la sociedad y la opinión pública deben entender y dimensionar.
Los 14,8 millones de hectáreas que conforman los parques, reservas y monumentos naturales, más los 2,4 millones de hectáreas de bosques de especies introducidas, que representan entre ambas cifras, el 24 % de la superficie del país, sólo son capaces de absorber el 60 % del total de las emisiones que hoy día se producen (120.000.000 ton de C02 al año).
En este escenario deficitario, el bosque cumple un rol estratégico e irremplazable para mejorar estos indicadores y, junto a la descarbonización de la matriz energética con la creciente incorporación de fuentes de energía limpias como la solar, eólica, mareomotriz y la geotérmica, deberían ser los pilares para cumplir el objetivo de que Chile alcance esta carbono neutralidad.
Dicho lo anterior, los desafíos del sector forestal deben definirse en tres ejes principales y urgentes:
1.- Fomentar la forestación
Se requiere una nueva ley o modificación a la existente de subsidio a la forestación (DL 701), que fomente e incentive la plantaciones de especies introducidas y/o nativas, para pequeños y medianos propietarios de terrenos erosionados, que hoy alcanzan 2,5 millones de hectáreas en el país.
Con ello, se logrará no sólo evitar el avance de la erosión, generando una cubierta protectora de aquellos suelos, sino que también la protección de cuencas y cursos de agua creando un recurso renovable para futuros proyectos comerciales, industriales y ambientales a distintas escalas.
Un dato relevante es la situación actual de forestación en el país: la superficie promedio forestada en los últimos tres años, sin una ley de subsidio atractiva que motive a los propietarios de predios forestales, alcanzó a 1.390 ha/año. (Conaf, 2020).
2.- Manejo de los bosques nativos
El bosque nativo es un recurso de enorme valor, que debe ser utilizado de manera racional y sostenible para ayudar en la generación de múltiples servicios ecosistémicos de agua, fauna, de absorción de CO2 y de paisaje, y también en la producción de maderas aserradas de alto valor para marcos de ventanas, terminaciones, puertas, muebles y la construcción de viviendas.
Se estima que hay alrededor de 1 millón de hectáreas de renovales de Roble, Raulí y Coigue; 0,9 millones de hectáreas de bosques adultos del tipo forestal siempreverde; 1,4 millones de hectáreas de Lenga y 300.000 hectárea de bosques de Coigue, Raulí y Tepa factibles de manejar.
Se requiere avanzar en la modificación, actualización y adecuación de las normas y reglamentos de la Ley 20.283, ley de recuperación del bosque nativo y fomento forestal.
3.- Construcción en madera
Chile tiene una participación en la construcción en madera de un 15% a un 20%, muy lejos de países de Europa, de EEUU y Canadá que alcanzan un 80% a 90%.
El déficit actual de viviendas sociales en el país es de 600.000 casas. Se abre aquí una gran oportunidad para que los bosques del país proporcionen la madera y se pueda disminuir ese déficit habitacional.
Las principales ventajas de esta materia prima son: mayor rapidez en la construcción, menos emisión de CO2, es sustentable, tiene una gran facilidad de encaje, se puede volver a reutilizar, mayor vida útil y es un gran reservorio de CO2.
Todas estas ventajas hacen imprescindible avanzar en aspectos legales de normas, rotulación, capacitación, promoción y donde es necesario un gran protagonismo del Estado, a través del Ministerio de Vivienda y Urbanismo para promover el uso de la madera en los programas de construcción de viviendas sociales.
Gran trabajo hay por delante, ya que lo anterior debe conversar con la labor de los parlamentarios, que legislan muchas veces sin necesariamente pensar en lo mejor para el país.
Es en este punto donde está la tarea pendiente de las nuevas autoridades, de los gremios forestales y de todos los que quieren que el sector forestal finalmente dé el salto y se ubique en el lugar que se merece.