Las evidencias son indesmentibles. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), durante el 2019, previo a la pandemia, los tumores se constituyeron como la primera causa de muerte en Chile, con 28.496 muertes (26 % del total). Dos años más tarde, a fines del recién finalizado 2021, se conoció que el proceso de vacunación y las medidas sanitarias contra el Covid-19 hicieron que el cáncer, junto a las enfermedades circulatorias, retomaran ese peligroso primer lugar por sobre el virus como causante de fallecimientos en el país.
Estos potentes datos debiesen generar cambios en las prioridades del sistema sanitario chileno, el que, a nuestro juicio, no se encuentra preparado para enfrentar este nuevo desafío.
Emilia vive en Puerto Montt y le fue detectado un nódulo sospechoso en una de sus mamas, requiriendo de una biopsia de mama estereotáxica que solo se realiza en un par de centros de la Región Metropolitana. Emilia tiene un buen plan de Isapre, pero debería viajar más de 1.000 kilómetros para realizar la biopsia. El costo de este examen supera los 600 mil pesos, a lo que se debe agregar los gastos de traslado, estadías, comidas, etc.
Por suerte para Emilia, el resultado resultó negativo para cáncer de mama, pero de lo contrario, habría tenido que trasladarse a Santiago para realizar el tratamiento oncológico, que incluye cirugía, quimioterapia y rehabilitación, la que tiene una duración superior a los 4 meses y que junto a lo económico, acarrea también costos familiares y psicológicos.
Chile requiere realizar diagnósticos oportunos, ya que de estos depende en la mayoría de los casos el pronóstico y el tratamiento efectivo de la enfermedad. Esto incluye especialmente a los tumores o cánceres.
En tal sentido, Chile ha transitado en la dirección contraria en los últimos 12 años, ya que no se ha privilegiado el diagnóstico oportuno. Ejemplo de ello es la decreciente cobertura en la realización del Papanicolaou, que hoy se encuentra cercana al 50% de las mujeres y que es la causa de más de 600 muertes anuales.
Lo mismo ocurre con el cáncer de mama, de vesícula y vías biliares, el de colon, próstata y pulmón.
Nuestro sistema de salud está altamente medicalizado y centralizado, donde priman paradigmas que no están en la lógica de una salud digna y oportuna para todas y todos, como ha sido claramente demandado desde la ciudadanía.
La concentración de especialistas médicos y otros profesionales de la salud en la capital, la mayoría de ellos formados por el estado chileno, debe ser revisada, al tiempo de poner incentivos a la descentralización e inclusión en los equipos de trabajo en todas las regiones del país.
Si Chile desea avanzar en justicia y seguridad social, se deben crear centros regionales de cáncer y sumarlos a la red oncológica existente, pero también es necesario sumar centros de diagnóstico oportuno, que podrían integrarse a la atención primaria en salud en las 346 comunas.
Las y los Tecnólogos Médicos debemos y queremos participar en mejorar los estándares en salud, para que ésta sea realmente oportuna, segura y de calidad, sin las desigualdades que hoy existen. De las autoridades políticas depende que los Tecnólogos Médicos podamos contribuir aún más activamente a mejorar la salud de todos los Chilenos.
Ponemos nuestras competencias, experiencia y entusiasmo por mejorar la atención de salud a disposición de los chilenos y de todas las personas que habitan en nuestro país.
Movimiento Burdeos Chile