Señor Director
Existe acuerdo transversal sobre la necesidad de fortalecer la educación pública chilena. Sin embargo, difícilmente alcanzaremos este objetivo si nuestros honorables del Congreso siguen proponiendo y aprobando leyes en desmedro de, precisamente, la calidad de la educación financiada por el Estado.
Este mes se aprobó la modificación del Estatuto Docente, incluyendo un artículo para limitar que las tres semanas del verano en que los profesores pueden ser convocados para actividades que no sean de docencia en el aula, sólo se usen para recibir capacitaciones inscritas en el Registro Nacional del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP) y de forma exclusiva durante las tres primeras semanas de enero. Así, los establecimientos no pueden destinar este tiempo para nada más que estas actividades de perfeccionamiento registradas en el CPEIP, cuyo proceso de inscripción es largo y burocrático, por lo que se dificultan las posibilidades de formarse en habilidades distintas a las que propone este organismo.
Es muy probable que lo anterior afecte a la calidad de la educación pública, ya que, dada la intensidad del trabajo de los docentes durante el año escolar, enero es un mes idóneo para que las comunidades puedan dedicarse con calma a tareas como la reflexión, planificación, evaluación, formación, etc. Al final de cuentas, es a través de estas medidas que nuestros diputados y senadores, que tanto hablan de fortalecer la educación pública, ponen trabas a que algún día podamos tener la educación pública que las familias necesitan.
Pía Turner
Encargada de Proyectos de Acción Educar