Uno de los aspectos que más llama la atención entre quienes proponen un cuarto retiro desde los Fondos de Pensiones, es que no prestan atención a la información (los incómodos números) que tenemos sobre los afiliados, cotizantes y rentabilidad del Sistema de Pensiones. Una mirada rápida nos revela varios efectos de tal medida.
Las cifras de la Superintendencia de Pensiones nos muestran que, a julio de este año, 3,800,000 afiliados tenían saldo cero en sus cuentas de capitalización individual. ¿Quiénes? Mayoritariamente jóvenes, pero también un número significativo de personas mayores a 50 años (sobre 300,000 afiliados a marzo de 2021). Dentro de poco, tales personas demandarán una mayor cantidad de recursos fiscales, ya sea como beneficiarios de la pensión básica solidaria o del aporte previsional solidario. Un nuevo retiro, sin duda, eleva los compromisos fiscales a futuro, lo que reduce los espacios para políticas públicas y hace cada vez más difícil alcanzar el objetivo de mejorar las pensiones.
Al revisar las cifras que publica la Superintendencia de Pensiones, observamos que el número de cotizantes a mayo de 2021 alcanzaba a 5,5 millones de personas, cifra ligeramente superior a la registrada dos años antes: en mayo de 2019, los cotizantes sumaban 5,4 millones. Los ocupados, en cambio, en igual periodo han caído en casi 1 millón de personas. Estos números sugieren que la pérdida de empleo ha afectado más a personas en el sector informal, que, en general, cotizan menos y tienen saldos más bajos. Esto implica que aquellos que probablemente más necesitan ayuda, no se verán beneficiados con un cuarto retiro, ya que estarán mayoritariamente en el grupo de saldo cero o cercano a cero.
Otro número incómodo para quienes proponen el cuarto retiro es la rentabilidad del Fondo E. En el periodo enero-julio 2021, la rentabilidad acumulada en el Fondo E alcanza a -11,07%. Esta caída está directamente asociada al importante aumento de las tasas de los instrumentos de renta fija, una de cuyas causas es la liquidación de activos que las AFP han realizado como consecuencia de los retiros. Cabe recordar que el Fondo E está compuesto principalmente por afiliados ya pensionados o en edad cercana a pensionarse, quienes verán en los próximos meses disminuidas sus pensiones o deberán postergar su decisión de jubilarse como consecuencia de esta caída en la rentabilidad. Es evidente que un cuarto retiro solo contribuiría a exacerbar este problema.
Un cuarto número incomodo se refiere a la gran cantidad de pensionados que han efectuado retiros. Las cifras de la Superintendencia de Pensiones muestran que más de 340,000 de ellos han efectuado retiros, por un valor promedio de 26,1% de sus fondos. Esto implica dos efectos que comenzarán a observarse pronto: baja en las pensiones (las cuales se recalculan en forma anual en el caso de la modalidad retiro programado) y mayor gasto fiscal.
Los números pueden ser incómodos, sobre todo en ciclos electorales, pero el ignorarlos no implica que desaparezcan, ni que a futuro suframos con sus implicancias En el caso del Sistema de Pensiones, contamos con información actualizada y de calidad que provee la Superintendencia de Pensiones (de muy fácil acceso) que revela un hecho indesmentible, el cuarto retiro no contribuye a mejorar el bienestar de las familias más afectadas por la crisis, genera transferencias indeseadas de riqueza y afecta negativamente a muchos afiliados de mayor edad.