La doble jornada electoral de este fin de semana provocó una nueva correlación de fuerzas entre los distintos bloques políticos. La mayoría de los análisis han coincidido en que los comicios fueron un duro castigo para el antiguo sistema de partidos. Las dos coaliciones tradicionales -la ex Concertación agrupada en el pacto Unidad Constituyente y la derecha en Chile Vamos- fueron derrotadas y no lograrán una representación mayoritaria en la Convención Constitucional. No obstante, el voto castigo al sistema de partidos fue menos pronunciado en la votación de gobernadores regionales, alcaldes y concejales. En dichas elecciones, las fuerzas políticas ya mencionadas lograron atenuar su caída. Esto sugiere que los votantes no tuvieron el mismo comportamiento electoral en las cuatro elecciones disputadas simultáneamente el fin de semana.
Las elecciones de convencionales provocaron un fuerte avance de fuerzas políticas que no han estado en posiciones de poder durante los últimos treinta años. En base a los resultados de las elecciones de convencionales, se ha instalado comunicacionalmente que los ganadores de la doble jornada electoral fueron el pacto Apruebo Dignidad -Frente Amplio, Partido Comunista y Federación Regionalista Verde Social-, además de los independientes y las diversas listas de fuerzas emergentes, como la Lista del Pueblo. Sin embargo, el panorama electoral no es idéntico en alcaldes, concejales y gobernadores regionales. Si bien en estos comicios también se produjo un retroceso de los partidos tradicionales, esta caída es menos significativa que en la elección de convencionales. Veamos los datos desagregados de la votación por pactos -Apruebo Dignidad, Unidad Constituyente, Chile Vamos y republicanos, y otros- en cada una de las cuatro elecciones.
Concentrémonos primero en los dos conglomerados tradicionales, Unidad Constituyente y Chile Vamos. En ambas coaliciones su desempeño fue peor en constituyentes que en las otras tres elecciones. De hecho, el bloque de la ex Concertación casi duplica su votación de constituyentes en las elecciones de gobernadores y alcaldes, y el crecimiento es aún mayor en concejales. En Chile Vamos ocurre un fenómeno similar. La derecha obtiene un tercio de los votos en concejales, ese tercio que no obtuvo en constituyentes y que le habría permitido tener poder de veto en la Convención. Mientras los dos bloques suman apenas el 35% de las preferencias en las elecciones de convencionales, más de la mitad de los votos de alcaldes y dos tercios de los votos para concejales fueron hacia los partidos tradicionales. ¿Qué explica este fenómeno?
Una posible explicación es que la oferta electoral en constituyentes era más amplia, y eso promovió a los electores a votar por nuevas fuerzas políticas. Por ejemplo, los votos de la lista de Independientes No Neutrales -en su mayoría, personas cercanas a la centroizquierda, y por tanto a la ex Concertación- pudo mermar la votación de Unidad Constituyente. Un efecto parecido debió suceder en la derecha. Parte del 46% que recibieron las listas alternativas y de independientes pudo venir de electores de Chile Vamos. Una segunda explicación -que puede ser complementaria con la primera- es un efecto psicológico del sistema electoral. Al permitirse que los independientes formaran listas, los votantes tuvieron mayores incentivos para sufragar por candidatos apartidistas. Mismo efecto psicológico tuvo la inclusión de la paridad, que provocó un aumento de votos hacia candidatas mujeres.
Respecto al desempeño electoral de las fuerzas emergentes, ya observamos que el voto por listas alternativas e independientes fue alto en las elecciones de convencionales, pero fue menor en gobernadores y alcaldes, y mucho menor en concejales, donde solo obtuvieron en conjunto un 11% de los sufragios. En cambio, el desempeño electoral de la alianza FA-PC-FREVS es más equilibrado en las cuatro elecciones, obteniendo su porcentaje más bajo en alcaldes (14%) y más alto en gobernadores (23%). De las cuatro elecciones, solo en constituyentes la alianza FA-PC-FREVS supera a Unidad Constituyente, mientras que en las otras tres queda por debajo de la ex Concertación. Por ello no se entiende la urgencia del PS de abandonar Unidad Constituyente para formar un bloque de izquierda con el pacto Apruebo Dignidad. La frustrada inscripción de primarias de la oposición este miércoles -un espectáculo tan entretenido como vergonzoso- pareció estar más influenciado por una lectura parcial de los resultados de la elección de constituyentes que por una visión global de las cuatro elecciones simultáneas ocurridas el fin de semana.
La pregunta de cara a las elecciones parlamentarias y presidenciales de fin de año es si esos comicios se parecerán más a la votación de convencionales constituyentes -con un amplio triunfo de los independientes y de fuerzas emergentes- o serán más similares a las elecciones de gobernadores, alcaldes y concejales, en donde los partidos tradicionales lograron atenuar su caída. Ello dependerá de varios factores. Por ejemplo, si la Lista del Pueblo y las listas de independientes logran convertirse en fuerzas políticas más allá de la Convención. La segunda vuelta de gobernadores regionales también nos ofrecerá más luces al respecto. Por ahora, la percepción de triunfo lo tiene el bloque FA-PC-FREVS. Pero si Unidad Constituyente triunfa en la mayoría de las segundas vueltas regionales, entonces ganará en despliegue territorial y revertirá la sensación de derrota en la centroizquierda.
Los resultados de las elecciones significaron un castigo a los partidos tradicionales y una necesaria renovación -aunque parcial- de la élite política. Pero las cuatro elecciones del fin de semana, pese a ser simultáneas, no tuvieron el mismo efecto. Los resultados sugieren que en la votación de convencionales, el comportamiento electoral de la ciudadanía fue distinto, posiblemente debido a la inclusión de listas de independientes y al carácter sui generis que tuvo la elección. La ciudadanía prefirió a nuevas fuerzas políticas e independientes para redactar la nueva Constitución. En cambio, en los comicios de gobernadores regionales, alcaldes y concejales los partidos tradicionales vieron disminuida su representación, pero logran mantener una posición considerable. La paradoja en la oposición es que la alianza FA-PC-FREVS logró más escaños en la Convención que Unidad Constituyente, pero este último bloque los supera en votación de gobernadores, alcaldes y concejales. Algo similar ocurre en la derecha, que fue menos castigada en las elecciones municipales que en convencionales y gobernadores. Por tanto, y observando el resultado de las cuatro elecciones simultáneas, es necesario no subestimar los resultados obtenidos por Chile Vamos y Unidad Constituyente, ni sobreestimar el caudal electoral del pacto Apruebo Dignidad y de los independientes. Debido a los resultados parcialmente contradictorios de las elecciones, es difícil hacer pronósticos de cómo lo sucedido este fin de semana vaya a impactar en la carrera presidencial.