Este 16 de abril comenzó a regir el decreto presidencial que establece una visa consular de turismo simple para haitianos que quieran venir con fines de recreación, pero sin propósito de migración, residencia o actividad remunerada. El documento durará 30 días.
En tanto, para los ciudadanos que quieran optar a la residencia, se pondrá en marcha una visa con fines humanitarios, la cual debe solicitarse en el Consulado Chileno en Haití y permitirá la residencia durante 12 meses.
En entrevista con Podría Ser Peor, el director social del Servicio Jesuita Migrante, Pablo Valenzuela, se refirió a estos cambios y aclaró que “la preocupación que hemos expresado es que la experiencia nacional que tenemos con las visas consulares no es buena“.
En ese sentido, explicó que “no es buena porque nosotros ya tenemos una visa de este tipo con República Dominicana y lo que pasó con ese flujo migratorio y visa consular, es que aumentó el ingreso irregular, más que controlar el ingreso de las personas dominicanas”.
Para Valenzuela, la experiencia señalada podría replicarse con los haitianos que pretenden viajar a Chile.
Consultado por un posible orden o procesos mejor desarrollados en esta área, Valenzuela sostuvo que “todas las recomendaciones de organismos internacionales hablan de que los países deben tener reglas claras y simples, pero esas reglas son distintas a tener reglas diferenciadas, ahí comenzamos a caer en el riesgo de tener medidas discriminatorias”.
El director del servicio sostuvo que hasta el momento “les estamos cerrando y haciendo más difícil la migración de las personas de Haití a Chile, eso está claro. La visa humanitaria tiene un cupo para 10 mil migrantes, siendo que el flujo real del año pasado superó los 100 mil. Los que no logran tomar este cupo humanitario pueden caer en las redes de tráfico de migrantes”.
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