La historia de Paula, joven de 19 años que pide eutanasia, ha impactado por la descripción del dolor que sufre, que la ha llevado a tomar la decisión de solicitar ayuda para acabar con su vida.
Vanessa, su hermana, conversó con Radio Bío Bío sobre cómo ha sido para la familia atravesar el doloroso proceso que atraviesa Paula desde hace cuatro años, cuando comenzaron los primeros espasmos y movimientos involuntarios.
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Vanessa aclara que no saben como familia si ese dolor puede desaparecer, sobre todo considerando que no hay un diagnóstico claro, ni menos un pronóstico alentador.
“Pasa día y noche con botellas de hielo porque siente un constante calor. Ella lo compara como si estuviera su cuerpo en una fogata, no descansa. El dolor no la deja dormir, no la deja comer, no la deja vivir: lo que tiene ella no es vida“, enfatiza.
Sobre el origen de los primeros síntomas comentó que a pesar que no se lo han comunicado de forma oficial, tras varios años de consultas e incluso de tratamiento erróneo, les han dicho que todo pudo haberse iniciado cuando la vacunaron mientras estaba enferma en 8vo básico”.
“No estaba con un sistema inmune apto para recibir una inoculación y su cuerpo reaccionó provocando múltiples trastornos”, explica.
Sobre la solicitud de legislar para permitir la eutanasaia, Vanessa fue clara en señalar que “es tiempo de que hablemos de muerte digna”.
Al respecto, indicó que pese al dolor que puede significar para la familia, “la decisión de mi hermana es lo más importante en este momento: tenemos que respetar lo que dice ella”, agregó..
Respecto a las aprehensiones que puede existir en legisladores al abordar este tema, señaló que “siempre se ponen pensamientos religiosos antes que escuchar al paciente”, recalcando que “falta mucha empatía” al respecto.
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