La justicia ambiental no puede seguir siendo una promesa abstracta. Necesitamos actos concretos. Y la compra del Fundo Ramuntcho es uno de ellos.
Con asombro, hace semanas, nos enteramos que el fundo Ramuntcho ubicado en el Santuario de la Naturaleza Península de Hualpén, se puso a la venta en Portal Inmobiliario. Pero ese estupor lo visualizamos, rápidamente en una idea colectiva, en una campaña y en una nueva bandera de lucha para la comuna de Hualpén.
Santuario en venta
Es un terreno de 326 hectáreas localizado en el borde costero del Biobío, donde las aves anidan entre acantilados y lo que queda de bosque nativo resiste al tiempo. Una zona de alto valor ecológico que es símbolo de un patrimonio natural de nuestro país que no admite más espera.
Las primeras impresiones apuntaron a “Santuario de la Naturaleza a la venta”. En Portal Inmobiliario. ¡Como si fuese un bien inmueble más!
Pero no es un bien más. No es como una casa cualquiera. Es el pulmón verde de nuestra región y del país, que año a año lo visitan miles de turistas. Es un terreno que debemos preservar y conservar. Por eso decimos que es esta puesta en venta es una oportunidad única.
Como comuna, levantamos con fuerza una demanda clara y urgente: que el Estado adquiera el Fundo Ramuntcho para destinarlo a conservación, investigación científica y desarrollo turístico sustentable. Para eso, desde el primer momento, oficiamos al presidente de la República mostrando esta oportunidad.
No se trata de un capricho local ni de este alcalde, como ya ha quedado en manifiesto con las más de 10 mil firmas que hemos reunido y que seguimos reuniendo en todo el Gran Concepción.
Un territorio históricamente sacrificado
Esta demanda nace en el corazón de un territorio históricamente sacrificado, que ha convivido por décadas con una de las mayores cargas ambientales del país con la Refinería Biobío de Enap, su termoeléctrica y el polo de industrias químicas. Hoy pedimos un acto de justicia real y estructural.
Los episodios de contaminación atmosférica, olores, residuos industriales y pasivos ambientales no remediados han sido parte de la vida cotidiana de miles de hualpeninos. Este mismo medio informó en marzo de 2023 cómo estudiantes debieron ser evacuados por un episodio de contaminación y cómo la empresa ha sido multada con montos millonarios, que pasan de una compañía del Estado al bolsillo del mismo Estado.
Por eso decimos con fuerza que proteger Ramuntcho es una forma justa de esa compensación, que significa también devolverle a Hualpén una parte de su equilibrio perdido, de proteger el pulmón verde en una zona saturada de fuentes emisoras. Se trata de apostar por un desarrollo que no contamine, que eduque, que conserve y que proyecte.
La petición coincide con los instrumentos que el propio Estado ha definido. La Ley Marco de Cambio Climático (Ley 21.455) plantea la meta de neutralidad de emisiones al 2050 y promueve principios como justicia climática, territorialidad y soluciones basadas en la naturaleza. Ramuntcho puede ser uno de esos espacios de restauración de bosque nativo que actúan como sumideros de carbono en medio de una comuna altamente intervenida.
La Política Regional de Conservación de la Biodiversidad del Biobío reconoce a Ramuntcho como un sitio prioritario por su riqueza ecológica y valor ecosistémico. Protegerlo significa aplicar esa política con hechos y restaurar lo que se ha perdido para frenar la amenaza de fragmentación territorial, expansión urbana o forestal en zonas de alto valor ecológico.
La Estrategia Nacional de Transición Socioecológica Justa, actualmente en evaluación ambiental estratégica, propone avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo que repare las desigualdades ambientales. Ramuntcho es el símbolo perfecto de esa transición: un territorio sacrificado que se convierte en un espacio de esperanza y bienestar.
Incluso el Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío, pese a centrarse en sectores tradicionales, reconoce la necesidad de diversificar la matriz productiva. Pues bien: el turismo sustentable, basado en la conservación, es una de esas nuevas rutas de desarrollo, y Ramuntcho es su punto de partida natural.
Necesitamos actos concretos. La compra del Fundo Ramuntcho es uno de ellos
Desde Hualpén, lo decimos con fuerza: la justicia ambiental no puede seguir siendo una promesa abstracta. Necesitamos actos concretos. Y la compra del Fundo Ramuntcho es uno de ellos.
No pedimos caridad ni favores. Lo que necesitamos es coherencia: si el país ha definido una estrategia de descarbonización, si ha asumido compromisos internacionales en biodiversidad y clima, si ha anunciado una transición justa, entonces este es el momento de actuar.
Por eso tengo dos llamados. Primero: sumémonos a la campaña de recolección de firmas para demostrar que el apoyo es transversal, que esta es una causa que no tiene colores políticos ni edades. Segundo: que el Estado responda con decisión, que realice el compromiso.
Desde ya, nuestro municipio ha puesto todo a disposición. El trabajo histórico que hemos realizado con el Plan de Manejo del Santuario, con todos los actores convocados, es una muestra. La campaña de recolección de firmas es otra muestra. Las gestiones y entrega de un oficio al presidente de la República Gabriel Boric es otra. El foro de conversación que realizaremos este martes 1° de abril, en que invitamos a todos los actores políticos, académicos y sociales, también es otra muestra.