En estos días, Perú inaugurará, con la presencia del presidente chino Xi Jin Ping y en el marco de una reunión de la APEC, el puerto de Chancay, a pocos kilómetros de Callao. Será el puerto más grande de América del Sur.
Por allí transitarán las cargas no solo del Perú sino, sobre todo, las del interior de Bolivia y de Brasil, los millones de toneladas de soya que hoy salen por Santos y otros puertos brasileños. La salida por Chancay de esas exportaciones acortará en un par de semanas el viaje hacia los puertos asiáticos, reduciendo los costos logísticos.
Puerto Chancay: Perú lidera y Chile pierde una oportunidad histórica
Este era el sueño del “Choro” Soria, el alcalde eterno de Iquique que, desde los tiempos del gobierno del presidente Salvador Allende, venía abogando por que se construyera un “corredor bioceánico” que diera salida por el puerto de Iquique a la inmensa producción del interior brasileño, y también de Bolivia.
En su destartalado automóvil y enfrentando las duras condiciones entonces existentes, hizo varias veces ese viaje entre Chile y Brasil. Vio con sus propios ojos, el inmenso potencial y predicó majaderamente, año tras año, década tras década, porque Chile liderara el hacer realidad ese corredor. Soria, en los 90 como parlamentario y luego alcalde otra vez, siguió insistiendo cada vez que pudo con la idea. Pero nadie quiso escucharlo. Parecía una locura, cuando solo era imaginación emprendedora y visionaria.
Tomando como base esa idea visionaria, en 1991 promoví, como ministro de Transportes y Telecomunicaciones, un seminario internacional en la CEPAL en Santiago, donde se debatió el tema. Se concordó entonces lo importante que era tal proyecto y se llegó al acuerdo que había que desarrollar los mecanismos de financiamiento de tan magno proyecto tri-nacional.
Tendrían que pasar 10 años para que la ALALC y la Corporación Andina de Fomento salieran al final con una propuesta de mecanismo de financiamiento para un proyecto tan especial como ese. De hecho, con sorpresa, el año 2000 fui invitado a un Seminario organizado por ALALC en Uruguay para discutir el tema, dado que desde Chile habíamos dado impulso a la idea en los 90.
Pero nada más. Durante un tiempo estuvo casi de moda hablar de “corredores bioceánicos”, pero Chile no volvió a la carga nuevamente con la idea para transformarla en un proyecto concreto y viable.
Chile se queda atrás: la miopía y mediocridad
Hoy la casi utopía de Soria se hace realidad. Pero la hacen realidad otros, no Chile. Y serán otros los que se beneficiarán del tremendo impacto de desarrollo que traerá el gigantesco puerto peruano de Chancay, construido con una inversión China de USD 1.500 millones y de un consorcio privado, que puso otros USD 1.000 millones. La inversión portuaria más grande, de una sola vez, que se ha hecho nunca en América del Sur.
Y nosotros, en Chilito, llevamos ¡10 años! trancada la expansión minúscula de USD 300 millones del puerto de Valparaíso, con los estudios de impacto ambiental que van y vienen y no terminan nunca de aprobarse.
Y para qué decir de la expansión de San Antonio, también estancada. Y avanzamos de a poquitito y con una lentitud que enerva en el corredor ferroviario entre Santiago, Melipilla y San Antonio, pero habiéndose dejado a un lado el proyecto más ambicioso y clave de Plataforma Logística Ferro-Portuaria entre la RM de Santiago y los puertos de San Antonio y Valparaíso que impulsamos desde EFE entre 2016 y 2018.
A esta potente inversión portuaria peruana se agregará en breve la gigantesca inversión que Perú firmará con China, por un proyecto de 10.000 millones de dólares para expandir su red ferroviaria nacional y su extensión internacional hacia Bolivia y sus riquezas de la Amazonía y hacia el interior del Brasil. Chile se quedará irremisiblemente atrás. Ya se está quedando atrás. ¡Qué inmensa falta de visión de nuestros gobernantes y del gran empresariado!
Chile mirando al futuro por el espejo retrovisor
El puerto de Chancay y esta extensa red ferroviaria harán cambiar la geoeconomía y la geopolítica de Sudamérica, y nosotros quedaremos al margen de aquello, recordando glorias pasadas y que no volverán. El gran flujo comercial de Sudamérica con Asia no pasará por Chile, sino por Brasil, Bolivia (además, ambos miembros del BRIC, nuevo bloque económico mundial en ascenso) y Perú. Y Chile sigue anclado en una política exterior añeja, clavado en sus viejos y declinantes socios comerciales, mirando al futuro por el espejo retrovisor.
Por eso digo a mis estudiantes que Chile es un país poco serio. No enfrenta sus problemas con la visión, coraje y decisión que se necesita para solucionar de verdad sus problemas, para hacer grande a un país. Y hoy tenemos un país estancado, donde ya no hay inversiones significativas, donde todo está inmovilizado, donde avanza la pobreza y la precariedad, donde los hospitales ni siquiera cuentan con los insumos básicos para atender a sus pacientes.
El “modelito” se estancó y envileció con sus profundas desigualdades e inequidades, con la extendida corrupción. La degradación se extiende por todos los rincones de nuestra institucionalidad y de nuestra sociedad.
Sobre el autor: Germán Correa D. es sociólogo, académico de la Universidad de Stanford, de la Universidad de Santiago y de la Universidad Católica de Valparaíso. Además, fue exministro del Interior y exministro de Transportes y Telecomunicaciones.