Es imposible seguir haciendo la vista gorda. La gestión de Pablo Milad al mando de la ANFP ha sido, por decir lo menos, un desastre. Basta con observar el estado actual del fútbol chileno, tanto dentro como fuera de la cancha, para darse cuenta de que su permanencia en el cargo es indefendible.

La crisis de seguridad en los estadios, el mal desempeño de la selección, sus cuestionables vínculos con el poderoso representante Fernando Felicevich, el oscuro manejo financiero de la ANFP, y su irresponsabilidad frente a las citaciones del Congreso, no solo horadan la confianza en la administración de Pablo Milad, sino que ponen en riesgo la integridad del deporte más popular del país.

La crisis de seguridad en los estadios es una bomba de tiempo

La violencia que ha tomado los recintos deportivos refleja no solo la falta de autoridad y de planificación, sino también la incapacidad de Pablo Milad para ofrecer soluciones reales. La ANFP, en lugar de garantizar la seguridad de los hinchas y jugadores, parece más preocupada por mantener un status quo que solo beneficia a unos pocos.

¿Hasta cuándo la dirigencia va a seguir escondiendo la cabeza como avestruz, mientras el fútbol chileno se desangra por dentro?

La violencia en los estadios chilenos ha alcanzado niveles alarmantes. Según cifras de Estadio Seguro, la tasa de incidentes violentos graves en partidos de fútbol ha aumentado dramáticamente: de 0,07 hechos por partido en 2015 a 0,23 hasta septiembre de 2023. Las denuncias sobre su negligencia en el manejo de situaciones críticas, como el caso de la barra brava de Universidad de Chile que logró eludir las restricciones de acceso, evidencian una falta de compromiso con la seguridad de los aficionados y jugadores.

En lo futbolístico, el panorama es desolador

La selección chilena, que alguna vez fue un motivo de orgullo y unidad nacional, hoy se encuentra hundida en la mediocridad. Los resultados son paupérrimos y, aunque Milad no es el único responsable, su falta de liderazgo y visión estratégica son evidentes. Bajo su mandato, no se han tomado decisiones que verdaderamente cambien el rumbo, dejando que la Roja se debata entre la desesperanza y la frustración de su afición.

En suma a lo anterior, no haber clasificado al Mundial 2022 y un inicio irregular en las Clasificatorias para el Mundial 2026 han dejado a los hinchas desilusionados. Con una histórica derrota ante Bolivia y una eliminación sin goles en la Copa América 2024, es evidente que el liderazgo actual no está logrando los resultados esperados. La falta de dirección y visión estratégica ha llevado a una crisis que afecta no solo a los jugadores, sino también a toda una nación que vive y respira fútbol.

Como si esto no fuera suficiente, los vínculos de Milad con Felicevich han levantado serias dudas sobre su imparcialidad y compromiso con los intereses del fútbol chileno. El poder desmedido de un representante de jugadores que posee control sobre la ANFP a través de su “hijo” Milad no es un secreto para nadie. Esta relación opaca y sin transparencia es otro motivo para cuestionar su continuidad en el cargo. La percepción de que decisiones cruciales pueden estar influenciadas por relaciones personales más que por el bienestar del fútbol chileno es profundamente preocupante y mina la confianza en la ANFP.

Tampoco sabemos de la relación de Milad con “El señor de los pasillos” como era conocido el abogado Luis Hermosilla, quien contradictoriamente, a luz de los hechos por los cuales cumple prisión preventiva, formaba parte del tribunal de honor de la ANFP.

El manejo financiero de la ANFP, una caja de Pandora

Las decisiones cuestionables en cuanto a recursos y contratos solo profundizan la desconfianza en una gestión que parece más interesada en el lucro y en la política de pasillos que en el bienestar del fútbol chileno. ¿Cuántas irregularidades más necesitamos para exigir una gestión transparente y que se rinda cuenta de esto al país?

La gestión financiera bajo Milad ha sido cuestionada repetidamente. Las pérdidas económicas, junto con las demandas judiciales que enfrenta la ANFP, plantean serias dudas sobre su capacidad para administrar los recursos del fútbol chileno. Más aún, si conocemos las denunciadas realizadas por parte de O’Higgins, Palestino y Deportes Iquique. La acusación se basa en la posible vinculación de la entidad con casas de apuestas deportivas online.

Pablo Milad: O renuncias, o das la cara

Finalmente, su actitud irresponsable ante las citaciones del Congreso es inadmisible. Milad ha sido convocado a la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputadas y Diputados en múltiples ocasiones, pero su actitud ha sido la de alguien que se cree por encima del escrutinio público. Su constante ausencia no solo es una falta de respeto a las instituciones democráticas, sino también a los miles de hinchas que tienen derecho a saber cómo se gestiona el fútbol. Este comportamiento soberbio, casi como el de un jeque árabe que considera que las reglas no le aplican, no tiene cabida en una organización que debe ser transparente y estar al servicio de los hinchas, no de las élites.

La situación actual no puede continuar. El fútbol chileno merece un liderazgo comprometido, transparente y capaz. La afición exige respuestas y acciones concretas. Ya basta.

comillas
La gestión de Pablo Milad ha sido insostenible en todos los aspectos: deportivo, financiero, institucional e incluso moral. Es hora de que dé un paso al costado o, al menos, tenga el valor de enfrentar las críticas y rendir cuentas. El fútbol chileno no puede seguir secuestrado por una dirigencia que le ha fallado a los hinchas, a los jugadores y al país. El tiempo de impunidad debe terminar. Milad, o renuncias, o das la cara.
- Marisela Santibañez, diputada IND