Para nadie es un misterio que los embalses son la gran cuenta de ahorro de nuestra región en materia de recursos hídricos, un ahorro que estuvo a punto de desaparecer durante el año 2024. Solo las lluvias que recibimos de un par de días ayudaron a alejar a este fantasma, pero solo por un breve tiempo, ya que la sequía permanece en la región.
Creo que el Estado de Chile mantiene una deuda permanente con la región de Coquimbo en materia de infraestructura hídrica. Se habla de nuevos embalses, plantas desaladoras de agua de mar, incluso de reutilización de aguas residuales. Todas, ideas que lamentablemente siguen sin pasar del papel o del anuncio en la nota de prensa, a una realidad. Una verdadera solución que sirva de una vez por todas de herramienta para enfrentar el azote de esta crisis hídrica que no nos deja.
¿Y la planta desaladora, cuándo?
Nos encontramos a la espera de la licitación de la planta desaladora multipropósito para la conurbación Serena Coquimbo, anunciada por el Presidente Boric para este último trimestre de este año 2024. También estamos a la espera de la puesta en marcha de la anunciada planta desaladora de emergencia para la provincia del Limarí. Entonces, cabe preguntarse:
¿Realmente el Estado de Chile, por intermedio del gobierno del Presidente Boric, comenzará a pagar su deuda con la región de Coquimbo?, ¿existe la voluntad política para realmente avanzar con estos proyectos y comenzar por fin después de 15 años y muchos gobiernos en el camino a hacerlos realidad?
Solo el tiempo nos dará respuesta a estas preguntas. Lo importante hoy es continuar levantando la voz por la región de Coquimbo. Necesitamos agua para volver a crecer. Necesitamos urgentemente agua para el desarrollo económico, agua para la agricultura, agua para los hospitales y colegios, agua para la minería y, por sobre todo, agua para la vida de nuestra gente.