Sin embargo, esta semana se dio a conocer un caso que quiebra esta tendencia y, mediante una denuncia realizada por el SII por el delito tributario de producción y comercio ilegal de cigarrillos, se descubrió por primera vez una fábrica de producción ilícita de cigarros, destinados a ser vendidos en el comercio ambulante de la Región Metropolitana.
Lo inquietante de esta situación es que la empresa involucrada presentaba inicio de actividades y operaba legalmente en el comercio formal. Es decir, usaba las mismas líneas de producción para fabricar cigarrillos legales e ilegales, evadiendo impuestos y enriqueciéndose de forma fraudulenta.
La diversificación de las bandas organizadas
El hecho de fabricar y empaquetar cigarrillos de manera irregular presenta riesgos importantes para la salud, ya que no cuentan con ningún tipo de análisis ni autorización del Ministerio de Salud. Esto es sumamente relevante, pues muestra una forma de diversificación de las bandas organizadas, asemejándose más a cómo operan los laboratorios narcos, utilizando una fachada formal para ocultar la mercancía ilícita y con evidentes riesgos.
Actualmente, la mitad de los cigarrillos que se comercializan en Chile provienen del contrabando, por lo que es grave que se sume a esta cadena ilícita una empresa de fabricación interna, contribuyendo a una evasión fiscal que a la fecha ya supera los US$1.000 millones al año.
Cabe destacar la gran labor coordinada entre el SII, el OS-9 de Carabineros y la Fiscalía Occidente, para desbaratar este negocio ilícito. Es especialmente relevante destacar el rol del SII en la denuncia inicial, ya que logró identificar, mediante el sistema de trazabilidad del tabaco, conductas sospechosas en la compañía, que por ejemplo obstruía los sistemas de vigilancia en determinados periodos de tiempo.