Ante la declaración de la Comunidad Judía de Chile el día de ayer acerca de la reunión del Presidente Boric junto al Presidente Palestino Mahmoud Abbas, la Comunidad Palestina de Chile emitió una carta en respuesta:
La reciente declaración emitida por la Comunidad Judía de Chile (CJCH) con ocasión de la reunión entre el Presidente de la República, Gabriel Boric y el Presidente del Estado de Palestina, Mahmud Abbás en Nueva York, es una muestra evidente de manipulación y difusión de noticias falsas.
Resulta alarmante constatar que una institución que se arroga la representación de una comunidad importante en nuestro país esté dispuesta a sostener y difundir informaciones que sabe son falsas; desacreditando de paso la institucionalidad nacional; la política exterior de Chile y -lo que es más grave aún- sembrando con ello un clima de odio, violencia y discriminación con consecuencias que pueden llegar a ser muy lamentables.
Entre muchas afirmaciones falaces, en su declaración, la CJCh sostiene que el gobierno de Abbás “apoya y premia abiertamente el terrorismo” y que la reunión sostenida sería una señal de incongruencia con la condena de la violencia por parte de Chile. Pero la realidad es que el Gobierno y el Presidente han condenado en reiteradas ocasiones la violencia, condena que reiteró apenas terminada la reunión y en sus declaraciones posteriores. La CJCh omite esa parte, como también omite, convenientemente, que el Presidente reiteró su exigencia de libertad para los rehenes en manos de Hamás.
En lo que toca a la calificación de las instituciones palestinas, la CJCh también miente. De hecho, como bien saben ellos, Israel mantiene relaciones oficiales con el gobierno de Abbás, incluyendo los ampliamente criticados acuerdos de seguridad con Israel. No solo eso, son muchos los líderes internacionales que habitualmente se reúnen con el Presidente Abbás, lo que incluye encuentros recientes con el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, o el Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, la semana pasada. Actos de Estado que, por cierto, no han sido criticados de igual manera por la CJCh.
Tampoco reciben la amenazante retórica utilizada contra las autoridades chilenas los demás líderes que, en la misma instancia, se han reunido con el líder de la OLP. Líderes como el presidente de India, Narendra Modi; el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, e incluso, en el marco de la misma gira, se reunió con el Presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, quien lo recibió en su residencia. Ninguno de ellos está siendo acusado por parte de la CJCh de estar fomentando la violencia.
La declaración de la CJCH continúa con argumentos falaces. Aseguran, por ejemplo, que “lo que ratifica el Presidente mediante esta reunión es que no defiende principios, sino que ha tomado un bando, perjudicando abiertamente las relaciones exteriores de Chile y su estrategia de defensa.” Bajo esta lógica, ¿están también España, la Unión Europea, India, Estados Unidos, perjudicado abiertamente sus relaciones exteriores y su estrategia de defensa?
Como Comunidad Palestina de Chile condenamos abiertamente la deriva propagandística y difamatoria que ha emprendido la Comunidad Judía de Chile y respaldamos firmemente la posición de Chile que, contrario a lo que pretende instalar la CJCh, no es cuestión de “bandos” sino de defensa del derecho internacional, la promoción y el respeto de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.
Esta política está amparada en una larga tradición que incluye ejemplos concretos, como la negativa del Presidente Lagos, en medio de la negociación del TLC con Estados Unidos, a prestar apoyo a la guerra en Irak, así como la más reciente condena de Chile, bajo el gobierno del Presidente Boric, a la invasión a Ucrania y a la situación política en Venezuela.
Lo que la CJCH no entiende, o más bien oculta, al abogar por una falsa neutralidad, es que las legítimas reivindicaciones palestinas están plenamente respaldadas por la legalidad internacional y, por tanto, Chile, como Estado, defiende la implementación de las mismas.
Finalmente, reiteramos nuestra preocupación y alerta ante una actuación que lamentablemente no es aislada, sino que forma parte de una estrategia de desinformación y propaganda que, irresponsablemente, abona a los discursos de odio y violencia que ya han causado preocupantes muestras de palestinofobia, discriminación y violencia hacia miembros de nuestra comunidad. En un Estado de Derecho, es legítimo tener diferencias de opinión, pero nunca va a ser aceptable la manipulación de la información y la incitación al odio.