En tiempos en que la IA está en boca de todos, pero aun en manos de pocos, entender dónde estamos parados para subirnos a esta revolución tecnológica que despega con fuerza, resulta algo esencial. Esa fue la visión que, hace casi 3 años, nos motivó a embarcarnos en la creación del Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA). Un estudio que nos permitiera conocer los desafíos y oportunidades que existen en la región en materia de IA, para saber exactamente dónde nos encontramos y así tomar decisiones informadas.

¿Cómo es nuestra infraestructura y capital humano avanzado para abordar la IA? ¿Cómo estamos, en términos de disponibilidad de datos, un recurso fundamental para el desarrollo de la IA? ¿Cuáles son los avances en temas regulatorios? ¿Qué piensa la ciudadanía de la IA? ¿Cuáles son sus miedos y qué oportunidades ven en la IA? Estas son algunas de las preguntas que guiaron nuestro camino.

Sin embargo, realizar un estudio a nivel regional era una tarea titánica. Ahí es donde surge la parte más inspiradora de esta historia. Comenzamos a golpear puertas por toda la región, y las respuestas de apoyo fueron abrumadoras.

Nace el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial

Un “por supuesto, cuenten con nosotros” comenzó a resonar por toda la región, sin mezquindades ni restricciones, solo con un genuino compromiso de colaboración. Así, la primera versión del ILIA (Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial) se presentó en agosto de 2023 como un esfuerzo multinacional, con la participación de 12 países. Un trabajo que trasciende fronteras, con la convicción de que al compartir experiencias, unir esfuerzos y crecer en conjunto, se puede vitalizar un desarrollo armónico y próspero de la IA en Latinoamérica.

Hoy, con gran satisfacción, observamos que el ILIA está desempeñando un rol clave en iniciativas que están surgiendo en la región para fomentar un desarrollo virtuoso de la IA. Entre ellas destacan la inversión en infraestructura de cómputo con énfasis en IA proyectada por la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe), la creación del Grupo de Trabajo por la Ética de la IA iniciado en la Cumbre de Santiago y la ejecución de programas de formación para incrementar la adopción empresarial de la IA impulsados por el BID, entre otras.

La materialización de estas iniciativas permitirá que, en el corto y mediano plazo, nuestra región sea un actor activo de esta revolución tecnológica y, con ello, sea también parte de sus beneficios.

Gran Modelo de Lenguaje Latino

El espíritu colaborativo que permitió la construcción del ILIA ha sentado las bases para otro gran desafío regional: el desarrollo del primer Gran Modelo de Lenguaje Latino. Este proyecto, liderado por CENIA y de carácter abierto, cuenta con la participación activa de instituciones y gobiernos de toda la región, y esperamos que se materialice durante el primer semestre de 2025. Con ello, América Latina y el Caribe se harán presentes en esta gran revolución tecnológica, aportando con el distintivo talento, las idiosincrasias y los matices de su gente.

El próximo 24 de septiembre presentaremos los resultados de la segunda versión del ILIA. En esta ocasión, gracias a la participación de instituciones como CEPAL, el ILIA amplía su cobertura de 12 a 19 países, con un enfoque especial en uno de los principales impactos que la IA tendrá en nuestra sociedad: la transformación del mundo del trabajo.

En este contexto, el estudio revela que, lejos de reemplazar empleos, la IA se perfila como una herramienta para complementar y potenciar las capacidades humanas. Por ejemplo, en el caso de los profesores de educación primaria, la incorporación de IA generativa en tareas no lectivas, como la preparación de clases y material docente, podría liberar más del 18% de su jornada para dedicarla al trabajo en aula, lo que tendría un impacto significativo en la calidad de su enseñanza.

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Necesidad de acuerdos nacionales y regionales

Si bien esta nueva versión del ILIA muestra avances, estos son aún tibios, y la brecha con el norte global, en lugar de reducirse, continúa ampliándose. Una de las principales conclusiones del ILIA es un fuerte llamado de atención a nuestras autoridades y tomadores de decisiones sobre la imperiosa necesidad de establecer acuerdos nacionales y regionales que promuevan políticas integrales y coherentes para impulsar la IA.

Estas políticas deben estar respaldadas por una asignación decidida de recursos que refleje tanto la relevancia como la urgencia necesaria para asegurar un desarrollo saludable en de la IA en la región, un desarrollo inclusivo, que aporte en forma amplia al bienestar de sus ciudadanos.

El llamado es a trabajar de manera colaborativa en todos los niveles: desde la recolección y disponibilidad de datos hasta la formación de capital humano avanzado; desde la construcción de centros de cómputo con energías renovables hasta la regulación de la IA con pertinencia local.

Si bien los desafíos son enormes, las oportunidades son aún mayores. La IA debe ser una herramienta al servicio de los y las latinoamericanas, y depende de cada uno de nosotros hacer que esto sea una realidad.