Es lamentable que pudiendo haber avanzado en tantas áreas con Argentina, no seamos capaces de privilegiar el futuro por sobre el pasado y las tensiones.
En las próximas semanas comenzarán los trabajos de la Comisión mixta de Límites chileno-argentina con el fin de habilitar un hito de enfilación entre el “Hito 1 Cabo Espíritu Santo” en Tierra del Fuego y el “Hito “Ex – Baliza Dungeness”, ambos unidos por una línea recta que, atravesando el estrecho de Magallanes, estampa el límite entre Chile y Argentina en la boca oriental del mismo.
Un hito particular en un límite que lo es también, pues como señala don Guillermo Lagos Carmona en su libro “La delimitación marítima austral”, el deslinde marítimo en la boca oriental del estrecho de Magallanes no estaba originalmente planificado como parte de la mediación papal de S.S. Juan Pablo II, pero finalmente fue integrado a las negociaciones que concluyeron con el Tratado de Paz y Amistad de 1984 (art. 10º).
Atendida la importancia de las cuestiones limítrofes y su incidencia sobre nuestra región de Magallanes, hubiese sido prudente que nuestra Cancillería compartiera con nuestra región las razones que motivan esta importante obra relacionada con el enfilamiento de la frontera con Argentina.
No está de más indicar que a los hitos de Punta Dungeness y Cabo Espíritu Santo los separa una distancia de 32 kms, en un trazado sin dificultades geográficas, que solo sigue un curso en línea recta sobre el mar. El valor jurídico de un hito de enfilación en el Cabo Espíritu Santo, una aclaración sobre posibles efectos legales sobre la estructura del tratado de 1984, son puntos que podrían haberse aclarado a nuestra región, especialmente porque esta iniciativa ocurre luego del incidente de los paneles solares que Argentina construyó equivocadamente en el Cabo Espíritu Santo, a vista, paciencia (y silencio) de las Armadas de Chile y Argentina, las únicas con presencia permanente en el lugar.
Sin explicaciones
No puedo dejar de recordar las diversas solicitudes de aclaración que he efectuado por los medios para que Cancillería explique los motivos por los que en 2022 visó la negación a un buque inglés que solicitó ingresar al puerto de Punta Arenas y como se ajusta esta decisión con los Tratados de 1881 y 1984.
El último incidente por un supuesto tráfico aéreo no identificado en la zona oriental del estrecho de Magallanes, también ha dado pie a confusiones en torno a los hechos que motivaron la reacción de nuestra ministra de Defensa, Maya Fernández, quién justificó las acciones aéreas de la Fuerza Aérea como defensa de “nuestra soberanía como corresponde”.
En el tenor y tono de estas declaraciones, la ministra apuntó a que nuestro espacio aéreo había sido violado por aeronaves y transcurridos casi dos semanas de este incidente, la opinión pública sigue aguardando una explicación seria sobre las circunstancias y detalles de este incidente.
Es lamentable que pudiendo haber avanzado en tantas áreas con Argentina, no seamos capaces de privilegiar el futuro por sobre el pasado y las tensiones. Tanto en el episodio de los paneles solares como en este más reciente de aeronaves sobrevolaron supuestamente territorio chileno, el país y Magallanes requieren de una explicación seria, precisa y clara, con el fin de verificar responsabilidades y despejar dudas.
Hasta este momento, aún no recibimos un esclarecimiento responsable y serio sobre el origen del problema de los paneles solares ni tampoco del incidente aéreo, si en ambos casos las instituciones se ciñeron a los protocolos y si las decisiones adoptadas en ambos casos fueron visadas previamente por nuestra Cancillería.